Si una familia no recibe los apoyos adecuados, la enfermedad mental de uno de los progenitores puede repercutir negativamente en el bienestar de todos sus miembros, y especialmente, de los menores. Para evitarlo y ofrecer a estas familias la atención integral que necesitan, en 2009 Social Care Institute for Excellence (SCIE) publicó una guía con pautas y principios de intervención (ref. 189485), que se implementó en diez proyectos piloto. El presente documento evalúa ese proceso y sus resultados, indicando los factores que dificultaron o favorecieron la puesta en marcha de las recomendaciones.
Los resultados alcanzados fueron heterogéneos, debido en parte a las diferencias de partida entre unos servicios y otros. En los servicios ingleses, el proceso de implementación fue más ‘orgánico’, en el sentido de que se centraron en revisar los principios de intervención más que en adoptar nuevas actividades predefinidas. En los de Irlanda del Norte, el proyecto se impulsó tanto a escala local como regional, lo que permitió realizar cambios más profundos. Entre las dificultades encontradas, estaba la imposibilidad de cruzar las bases de datos de los servicios de infancia y los de salud mental de población adulta, así como el recorte de fondos y personal que tuvo lugar en esas fechas. El elemento que más contribuyó a materializar los principios de la guía fue el apoyo del personal técnico sénior.
Resumen recogido de Gizarteratuz (2014, julio-agosto) 43