Los sistemas sanitarios de la UE tienen que mantener delicados equilibrios, en primer lugar entre una demanda creciente de servicios de salud y una oferta restringida; en segundo lugar, entre la obligación de atender las necesidades sanitarias de la población a nivel local y la debida preparación para afrontar crisis de salud pública más importantes. Para responder debidamente a estos retos es preciso que los sistemas de salud dispongan de un personal eficiente, eficaz y de la mayor calidad, ya que los servicios de salud utilizan mucha mano de obra
Información recogida del documento