Un tribunal británico ha ordenado a una mujer con discapacidad intelectual que aborte, contra su voluntad y la de sus padres, que abogaban por continuar con el embarazo. La juez ha calificado la decisión como «desgarradora» pero ha asegurado que considera que es lo mejor para la mujer, embarazada de 22 semanas, informan varios medios británicos.
La mujer, que no ha sido identificada, vive en Londres y tiene más de 20 años, aunque su edad mental corresponde a la de un niño de 6 a 9 años, según la documentación aportada ante el tribunal de Londres. Además, las circunstancias del embarazo todavía no están claras, por lo que se está llevando a cabo una investigación policial.
La juez Nathalie Lieven dictó la decisión en el Tribunal de Protección, que se encarga de casos en los que hay implicadas personas que se considera que no tienen la suficiente capacidad mental para tomar decisiones por sí mismos.
«Soy muy consciente de que el hecho de que el estado ordene a una mujer abortar aunque no quiera es una inmensa intrusión», dijo la juez, pero aseguró que actuaba pensando en «los mejores intereses para la mujer».
Las reacciones no han tardado en llegar. La organización británica Life, cuya misión es crear una sociedad que «tenga el mayor respeto posible por la vida humana», consideró a través de Facebook que la decisión es «verdaderamente terrible». También las organizaciones favorables al aborto han pedido que las pro vida no utilicen este caso para atacar el derecho a decidir sobre el aborto.
Tanto la mujer como su padre se han mostrado en contra de interrumpir el embarazo. Esta última, además, se había ofrecido a hacerse responsable del niño.