Isabel Sánchez Serrano propone en ‘Mujeres brújula en un bosque de retos’ (Espasa) un feminismo “integrador”, en el que mujeres y hombres trabajan por una sociedad que responda a las inquietudes que plantea el futuro. El libro muestra a 75 “mujeres de carne y hueso” a través de la mirada de Cristina Kafati, fotógrafa con síndrome de Down.
Las protagonistas “han sabido sacar fuerza de sus fragilidades y errores para mejorarse a sí mismas y hacer mucho bien” liderando proyectos sociales en los cinco continentes, según explica a Servimedia Sánchez Serrano, que dirige la Asesoría Central del Opus Dei.
“Una de estas mujeres brújulas es Cristina Kafati”, confiesa la autora, en referencia a la fotógrafa hondureña que conoció en aquel país que le pareció estar “a la defensiva y atrincherado”, pero que la artista gráfica le mostró “desde la belleza”. Esa mirada es la que convirtió a Kafati en “coautora” y en la historia “transversal” del libro, relata la escritora.
Y en ella, confiesa Sánchez Serrano, también descubrió el recelo oculto en la sociedad hacia las personas con discapacidad. “Pensé que no iba con prejuicios”, asegura, pero advirtió que la creatividad de la fotógrafa pasó de los paisajes a especializarse en rostros. “Es la lección que me ha dado, a las personas que hay que mirarlas a la cara, descubrir nuestro rostro”, sentencia sobre la creadora de ‘Crepúsculo iluminado’, en las que Kafati, trata de retratar a Dios.
Por ello, la escritora reflexiona que, en medio de la pandemia del Covid-19, donde el confinamiento y la crisis sanitarias han hecho replantearse muchas prioridades a la ciudadanía, “lo que merece la pena suelen ser personas, no las cosas”.
MIRADA A LOS OJOS
“La mascarilla nos ha levantado la mirada a los ojos, nos ha contactado con el alma de la persona”, dice a Servimedia.
En este contexto, y sobre los retos del trabajo, la autora escribe que “en la vorágine de la cuarta revolución industrial y en el umbral de la quinta, la transformación del trabajo puede llevarnos hacia una encrucijada vital: o conformamos una sociedad del descarte, o una sociedad del cuidado”.
Esta sociedad del cuidado está en manos de hombres y mujeres y “necesitamos hombres y mujeres capaces de sentimientos radicalmente humanos, como la misericordia y la compasión”, señala esta abogada nacida en Murcia en 1969.
“Esto requiere repensar la organización de los trabajos para que realmente faciliten las relaciones humanas y la conciliación entre familia y trabajo”, dice también. Y afirma que penalizar la maternidad y la paternidad “no es un problema de la mujer, es un problema de todos, y quizá la primera batalla será lograr ese convencimiento”.
La autora ha conocido el trabajo de muchas mujeres que denomina “mujeres brújula”, “alguien que llega a ser punto de referencia para los demás, señala el norte, marca el camino y acompaña hasta la meta”.
Precisamente, los beneficios del libro irán destinados a becas de Harambee ONGD para el proyecto Guadalupe, con el objetivo de que investigadoras africanas estudien en el extranjero para ayudar después a su continente.
MUJERES, CON EL MUNDO
Isabel Sánchez Serrano combina su residencia en Roma con los muchos viajes que hace para coordinar a 50.000 mujeres del Opus de todo el mundo. “La mujer hace a la Iglesia estando donde está en el mundo y fecundando con los valores del Evangelio”, defiende ante el debate del papel de la mujer en la Iglesia.
Para la autora de ‘Mujeres brújula en un bosque de retos’ “ha llegado el momento de los laicos preparados”, en el que hay que “pasar de una posición antagónica a una de diálogo”.
Esa, dice, es la primera invitación del libro, dejarse de combates de hombres contra mujeres, razas contra razas y culturas contra culturas. Por eso sus 75 historias tratan de orientar al lector con esas mujeres ‘brújula’ que viven dramas desde el nacimiento hasta la muerte, que sufren violencia de género, enfermedades incurables o anorexia, o que tratan de evitar la corrupción para encontrar trabajo. “Son luchas muy poliédricas, muy actuales, y terminan bien”, concluye.