[Salamanca] El 7% de los alumnos precisa de un apoyo educativo especial para cursar sus estudios

Fecha

23/07/2018

Medio

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Los centros educativos de la provincia salmantina, contabilizando desde los públicos a los privados pasando por los adscritos al régimen de la enseñanza concertada, contaron durante el curso escolar 2016-2017 –son los últimos datos oficiales que se conocen y que acaba de hacer públicos el Ministerio de Educación en un reciente informe– con 47.175 alumnos matriculados en sus aulas. Dicha cifra engloba todos los niveles de la enseñanza no universitaria, como son, fundamentalmente, la Educación Infantil, la Educación Primaria, la ESO, la Formación Profesional y el Bachillerato.

La investigación estadística del organismo ministerial que dirige y gestiona Isabel Celaá, que disecciona con una marabunta de números la realidad de las diferentes provincias y comunidades autónomas que tamizan el territorio nacional, pone de relieve que, en el caso específico del tejido educativo salmantino, el 7,25% del total de alumnos, es decir, 3.460 precisan de un apoyo educativo especial para cursar sus estudios, recibiendo una atención educativa diferente a la ordinaria para afrontar su cotidiano quehacer formativo.

En realidad, el porcentaje salmantino se sitúa en unos parámetros prácticamente idénticos a la media española. De hecho, en el citado curso –2016-2017– la cifra total de alumnado con necesidad específica de apoyo educativo que recibió una atención educativa diferente a la ordinaria ascendió en España a 567.339 estudiantes en los diferentes niveles de la enseñanza no superior, lo que representó el 7,1% del total de alumnado, cuando la media salmantina se situó en el 7,25%.

De todos ellos, 217.416 (38,3%) la recibieron por necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad o trastorno grave; 27.133 (4,8%) por altas capacidades intelectuales o por ser superdotados; 16.025 (2,8%) por una integración tardía en el sistema educativo –son los casos de los niños y adolescentes que han llegado a España fruto de la inmigración procedente de otros países– y 306.765 más (54,1%) por otras categorías de necesidades. En este último apartado se encuadran, por ejemplo, los casos de retraso madurativo, los trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación (dislalias, disartrias, disfonía, disglosias, disfemias), las alteraciones del lenguaje, los trastornos en la adquisición y la organización del lenguaje o mínima adquisición verbal, así como disfasias, afasias y mutismos.

También quedan englobados dentro de este cuarto bloque los trastornos del aprendizaje, las situaciones de alumnos con grave desconocimiento de la lengua de instrucción y los escolares que soportan situaciones de desventaja social y educativa, como sucede con minorías étnicas como los gitanos.

Circunscribiéndonos al caso específico de Salamanca, de los 3.460 alumnos que requieren apoyo, 1.217 están clasificados como escolares con necesidades educativas especiales, fruto de discapacidades y trastornos graves. Este segmento está formado por chicos que padeecen discapacidad motora, auditiva, intelectual o visual, trastornos generalizados en el desarrollo, trastornos graves en la conducta y en la personalidad, además de situaciones de plurideficiencia.

En lo que se requiere a escolares salmantinos diagnosticados bajo el perfil de las altas capacidades intelectuales –exactamente 45 según la radiografía ministerial– se trata de alumnado valorado como tal por equipos o servicios de orientación educativa que está recibiendo atención educativa a través de medidas específicas, como son las adaptaciones curriculares de profundización o de ampliación del currículo, la flexibilización del periodo de escolarización y la participación en programas extracurriculares de enriquecimiento.

Respecto al tercer gran bloque –los 105 alumnos que se caracterizan por su integración tardía en el sistema educativo– se considera como tal al alumnado procedente de otros países que en el curso escolar de referencia se ha incorporado a las enseñanzas obligatorias del sistema educativo español y se encuentra escolarizado en uno o dos cursos inferiores al que le corresponde por su edad o recibe atención educativa específica transitoria dirigida a facilitar su inclusión escolar, la recuperación del desfase curricular detectado, o el dominio de la lengua vehicular del proceso de enseñanza.

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