Menos del 7% de los niños superdotados recibe atención especializada

Fecha

18/03/2012

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Alrededor de 300.000 niños en España tienen altas capacidades intelectuales, pero solo unos 20.000 participan en algún programa especializado para sacarlas partido.

Así lo declaró a Servimedia Isabel Durán, directora de Programas de Fundación Pryconsa, que desde 2006 desarrolla un proyecto piloto de atención a alumnos de Primaria con altas capacidades intelectuales en nueve centros públicos de la Comunidad de Madrid.

Según Durán, “si mantenemos la media de los países desarrollados (entre un 2 y un 3% de población con altas capacidades), en España debería haber alrededor de 300.000 niños con dichas cualidades”, pero “solo unos 20.000 (el 6,7%) participa en algún programa de atención personalizada”, agregó.

“Esto es realmente una pena, ya que si no se trabaja con ellos, el potencial de estos niños se perderá para siempre”, agregó Durán.

Como ejemplo, citó el caso de “un deportista con un físico excepcional”, y es que “por mucho que se nazca con una buena genética, el físico, al igual que las capacidades intelectuales, hay que entrenarlo día a día”. “Si no, llegará un momento en que no haya marcha atrás”, subrayó.

A su juicio, “la falta de atención resulta especialmente grave en el caso de los niños más inteligentes, pues una característica muy presente en ellos es el desinterés”. “A un niño que ya sabe leer no se le puede pedir que esté con la cartilla y junte la m con la a, porque obviamente solo querrá que le dejemos en paz”, resaltó.

De hecho, es muy frecuente que estos niños desarrollen problemas de relación con sus padres y compañeros, presenten casos de fracaso escolar, intenten disimular sus habilidades y manifiesten todo tipo de desarreglos emocionales, pues “viven una disonancia entre su desarrollo intelectual y su madurez emocional”.

LAS NIÑAS, LAS QUE MEJOR SE ESCONDEN

De ahí la necesidad “de detectarlos a tiempo”, explicó la experta, quien afirmó que, “en este campo, las niñas son las que mejor se esconden”.

“Por motivos culturales, una niña quiere todavía menos destacarse del entorno y aunque sepa todas las preguntas del profesor, rara vez levantará la mano”, declaró.

“Emulan muy bien a sus compañeros y consiguen pasar inadvertidas para los profesores, que en cambio ven cómo realizan con brillantez todos los ejercicios escritos”, señaló Durán, que precisó que el primer paso de este programa es la detección de estos niños con altas capacidades.

Para ello, ofrecen formación y sensibilización al profesorado y preparan sociogramas (distintos test), a fin de que luego los formadores se los pasen a sus alumnos en clase.

El objetivo de estas pruebas es que el profesor seleccione a un grupo de “posibles”, que luego se derivan a los departamentos de orientación, donde ya se realiza un seguimiento más personalizado de cada uno y se determina si son casos de altas capacidades o no. Según la experiencia de esta especialista, el índice de acierto de los profesores es casi del 100%.

A CADA UNO LO SUYO

El siguiente paso consiste en que cada alumno reciba una atención personalizada, “acorde a sus necesidades”. “Nuestra propuesta es el aprendizaje cooperativo, siempre dentro de la misma clase”, que parte de la premisa de dividir a los alumnos en pequeños grupos (con niños de distintas capacidades y habilidades), a fin de que el profesor encargue a cada uno la tarea que mejor se adapte a su desarrollo e intereses.

“Supongamos que tienen que estudiar las ciudades”, propuso Durán. “Al niño con alta capacidad se le puede exigir que busque en Internet las ciudades más populosas del mundo y que explique sus características a los demás; a otro, le pediremos que realice un plano con los elementos más básicos de una ciudad tipo (centro, ayuntamiento, periferia…) y a otro que realice una maqueta de su pueblo”.

De este modo, todos resultarán satisfechos y aprenderán, dijo la responsable de Fundación Pryconsa, cuyo objetivo es extender este proyecto a todos los centros de la Comunidad de Madrid y de España.

Para ello, la fundación ha impartido varios cursos de formación al profesorado y acaba de editar junto a SM “Alumnos con altas capacidades y aprendizaje cooperativo, un modelo de respuesta educativa”, donde recoge los casi seis años de experiencia.

“En los centros formamos a los profesores para que sean capaces de detectar a estos niños, realizamos los sociogramas, evaluamos sus resultados y enseñamos a los docentes qué es el aprendizaje cooperativo”, señaló Durán, quien, no obstante, admitió que “no podemos estar presentes de forma física en todos los colegios de España”.

De ahí la necesidad de este libro, con el que, explicó, “podremos a ayudar a muchos profesores y sobre todo a muchos alumnos”. “Desde 2006 hemos visto cómo los alumnos ya brillantes que participaban en el programa se desarrollaban mucho más y además hemos logrado que otros muchos salieran del desinterés y sacasen partido a su genialidad”, concluyó.

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