Los menores con discapacidad que tutela la Junta de Castilla y León no encuentran familia

Fecha

09/12/2022

Medio

ABC

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La Junta de Castilla y León puso ayer el punto de mira sobre una parte muy concreta de su sistema de protección: el «recurso fundamental» que cuida de los menores con discapacidades tanto psiquícas como físicas tutelados. La consejera de Familia e Igualdad, Isabel Blanco, cifró en 1.400 los niños que están bajo su protección en la Comunidad. El 60% de estos menores («sobre todo los más pequeños») se cría en una familia de acogida, y el 40% restante crece en un centro. No obstante, en este momento, los niños que lidian con una discapacidad se cuentan en su totalidad entre los que son atendidos en residencias públicas. La titular admitió las dificultades para su acogimiento, pero al mismo tiempo alabó la labor de estas instituciones en las que se esfuerzan por crear «un ambiente lo más parecido posible a un hogar, un entorno para que se sientan en su propia casa».

La Comunidad cuenta con cincuenta plazas concertadas, de las que en la actualidad están ocupadas 37, según ratificó Blanco. Sostenidas por un presupuesto que sobrepasa los dos millones de euros anuales, estas plazas estarían repartidas entre ocho centros, de los que dos están situados en la provincia de Ávila, dos en Valladolid, dos más en Salamanca y uno en León. Álava apuntaría el octavo, ya que reserva espacio a niños de Burgos.

Blanco repasó estos datos este viernes en una visita a los cuatro niños y dos niñas de entre 9 y 16 años que viven en el Centro Residencial Obregón de Valladolid, con el que la Junta colabora desde 2002. Desde allí, agradeció su labor y colaboración a Fundación Personas, titular del centro, a la que elogió «su atención a estos pequeños, destinada a dejar todas sus necesidades cubiertas», promoviendo su desarrollo y brindándoles una ayuda individualizada, pero también comprensión y cariño. «Se trata, en el fondo, de generar oportunidades también para ellos y para su plena inclusión, dentro de la situación», matizó, ya que «cuando los niños pasan a ser tutelados por la Junta, es que vienen de situaciones muy complicadas». Con ello se refirió a que los servicios sociales intervienen en contextos de especial desamparo, como los que derivan de familias desestructuradas, que no pueden garantizar la seguridad del niño o tienen pendientes procesos judiciales.

Huérfanos ucranianos

La consejera también resaltó el importante papel del centro Obregón y de Fundación Personas en la integración de los menores ucranianos acogidos por Castilla y León. En concreto, se refirió a un grupo procedente de un orfanato que llegó al principio de la invasión rusa, del que una veintena de niños fue atendida por la fundación por contar con alguna discapacidad. Ya escolarizados, estos menores asisten al centro en la actualidad para realizar actividades en horario de tarde, según Blanco.

En ese sentido, el grupo en cuestión estaba compuesto en total por 85 niños y adolescentes. Acogido primero en Armenteros (Salamanca), la Junta asumió en julio su tutela temporal, barajándose su retorno a instancias de las autoridades ucranianas. En verano se decidió su traslado a la capital vallisoletana, puesto que tras «distintas visitas y denuncias de organizaciones y personas que trabajan allí» se llegó a la conclusión de que «no estaban bien atendidos». Ayer Blanco indicó que «la mayoría están en Valladolid». Siguiendo las instrucciones del consulado, habrían retornado tres adolescentes mayores de edad «que aceptaron irse» y un cuarto joven de 18 años escogió quedarse y estaría en Salamanca. Sin embargo, insistió, en el resto de los casos, los niños asisten a clases ya con normalidad y todos están «perfectamente atendidos».

Noticia de Clara Rodríguez.

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