La jefa de la Unidad de Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Alarcos Cieza, afirmó este jueves que «las personas con discapacidad, especialmente las mujeres, tienen que ser consideradas un grupo en situación de vulnerabilidad durante una crisis de salud pública y necesitan una atención prioritaria. Esto no se puede cuestionar».
En estos términos se expresó Alarcos Cieza durante su intervención en la IV Conferencia Sectorial de Mujeres y niñas con discapacidad, organizada por la Fundación CERMI Mujeres (FCM) bajo el título de «Las mujeres con discapacidad y la salud», que este año se celebró telemáticamente los días 23 y 24 de septiembre, informa Servimedia.
«En muchos casos, los mismos grupos de personas con discapacidad han abogado por no ser categorizadas en un grupo vulnerable, ya que la vulnerabilidad no es una característica intrínseca de las personas con discapacidad ni de las mujeres con discapacidad. Pero la pandemia ha demostrado que las personas con discapacidad son puestas en una situación de vulnerabilidad en las crisis de salud y eso hace que se vean expuestas a ciertos riesgos de una manera incremental», sostuvo la representante de la OMS.
Lamentó que tengan un riesgo mayor de contraer la Covid-19, «pero vemos que incluso tienen un mayor riesgo de sufrir deterioros en su salud, incluso cuando no se contrae la enfermedad».
Pese a esta situación, defendió que de la pandemia se pueden extraer lecciones, pues es «una radiografía que permite sacar a la luz cosas que no se habían visto». Entre estos aprendizajes, Alarcos Cieza destacó que las campañas y planes de salud pública se tienen que diseñar, desde el principio, incluyendo la perspectiva de género y de discapacidad, porque en aquellos países que sucede así, «se incluye esta visión desde el principio» en la respuesta a una pandemia. «Discapacidad y género no pueden ser ideas tardías», enfatizó.
Donde los derechos fracasan
La representante de la OMS intervino en el diálogo interactivo «Atención a las mujeres y niñas con discapacidad», en el que también participó Francisca Fernández, abogada experta en salud sexual y reproductiva, quien elogió el trabajo de las organizaciones de discapacidad y mujeres con discapacidad «para que los abogados podamos llegar allí donde los derechos fracasan».
Recordó que Naciones Unidas ha advertido de que se siguen produciendo prácticas «dañosas» en la asistencia de la salud sexual y reproductiva contra mujeres, «lo que es otra manifestación del patriarcado». A su juicio, «la violencia obstétrica se podría evitar si se escuchara a las mujeres y se trabajara desde la evidencia científica».
Mientras, Socorro Luengo, de la Organización Sanitaria Integrada Bilbao Basurto, Osakidetza, aseguró que las personas con discapacidad se encuentran en peor estado de salud que las que no tienen discapacidad. En su ponencia, centró la atención en las mujeres sordas pues sufren un mayor infradiagnóstico por las barreras de comunicación.
Por su parte, Nel Anxelu González Zapico, presidente de la Comisión de salud y espacio sociosanitario del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), reclamó incluir la perspectiva de género en los espacios de salud; proporcionar servicios igualitarios territorialmente, y apostar por equipos de atención multidisciplinares. Igualmente, lamentó la discriminación interseccional que sufren las mujeres con discapacidad y alertó de la especial situación de vulnerabilidad de las que tienen discapacidad psicosocial, recordando el alto porcentaje de mujeres con enfermedad mental que han sufrido violencia.
Modelo sanitario actual agotado e insuficiente
Posteriormente, se desarrolló el diálogo interactivo «La agenda pendiente» en la que Miguel Lorente, profesor titular de Medicina Legal de la Universidad de Granada, advirtió que el modelo actual sanitario está «agotado» y es «insuficiente», por lo que abogó por promover una atención transformadora que esté dotada de medios y recursos para adaptar el servicio de salud a la realidad.
«Cuando nos centramos en las cuestiones de la salud, tenemos que atender también aquellas que no forman parte del sistema de sanitario», sostuvo Lorente, quien recalcó que la violencia de género es un problema de salud pública y debe atenderse como tal.
Por ello, apostó por incrementar la participación y la concienciación en la sociedad; la formación de los profesionales que intervienen en la atención a las mujeres con discapacidad; mayor especialización de aquellas personas que forman parte del sistema sanitario, e impulsar estrategias e iniciativas específicas para las pacientes con discapacidad, entre otras cuestiones.
Por otro lado, Soledad Muruaga, presidenta de la Asociación de Mujeres para la Salud (AMS), expresó su especial preocupación por los efectos en la salud mental de las mujeres con discapacidad de circunstancias como la violencia o vivir con dolor crónico. En su intervención, reclamó más educación sexual para las propias mujeres con discapacidad, reforzar el Sistema de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia y mejorar la formación sobre mujeres con discapacidad a los profesionales sanitarios.
Ángeles Sepúlveda, médica forense especialista en género y discapacidad, llamó a «cuestionarse la hipermedicalización» de muchas mujeres con discapacidad y criticó que ellas protagonicen más ingresos, pues, por ejemplo, «cuando un hombre está enfermo, suele haber mujeres cuidadoras en su entorno, y no sucede tanto cuando es una mujer la que está enferma». Apostó por impulsar el autocuidado, «y esto empieza por el autoconocimiento» y «ser conscientes de los problemas de salud que tenemos a lo largo de nuestra vida». Además, exigió que se garantice la accesibilidad de la información y los procedimientos en la atención sanitaria de las pacientes con discapacidad.
A continuación, Isabel Caballero, coordinadora de CERMI Mujeres, arremetió contra los criterios de exclusión que se han utilizado en algunos momentos de colapso en la atención a personas con discapacidad o mayores por la pandemia. Además, reclamó una política de salud sexual y reproductiva adecuada, «teniendo en cuenta que estamos a las puertas de que se acabe con las esterilizaciones forzosas por razón de discapacidad».
«Nos falta cultura de la discapacidad
La clausura de la Conferencia Sectorial corrió a cargo del director general de Políticas de Discapacidad del Gobierno de España, Jesús Celada, quien repasó los principales avances legislativos que están tramitándose en estos momentos, aunque avisó de que «en este país nos falta cultura de la discapacidad», lo que también se da «en las administraciones públicas», al igual que en el resto de la sociedad. Mientras, Rosa María López, coordinadora de Programas del Observatorio de Salud de las Mujeres del Ministerio de Sanidad, apuntó que «entre todas tenemos que construir una nueva realidad».
Tras ella, Marta Valencia, presidenta de la Comisión de Género del CERMI Estatal, criticó el «descrédito» que socialmente se da a las enfermedades que sufre mayoritariamente la población femenina, por lo que apeló a «trabajar en red» para que las mujeres con discapacidad sean plenamente sujetos de pleno derecho en la práctica y no sufran discriminación.
Por último, la vicepresidenta ejecutiva de CERMI Mujeres, Ana Peláez, encargada de conducir el encuentro durante las dos jornadas, agradeció el trabajo de todas las personas que han hecho posible la IV Conferencia Sectorial de Mujeres y Niñas con Discapacidad.