La nueva presidenta de la Fundación Cermi Mujeres (FCM), Concha Díaz, destaca la mejora en materia de derechos de las mujeres y niñas con discapacidad, aunque precisa que «estar mejor no significa estar bien. Seguimos sufriendo opresiones de toda índole, porque vivimos aún en una sociedad tan machista como capacitista».
«Debemos aspirar siempre a lo máximo: a tener todos los derechos que nos corresponden como ciudadanas», afirma en una entrevista concedida a la publicación «Cermi.es semanal» Concha Díaz, quien fue nombrada presidenta de Cermi Mujeres el 11 de junio.
Según explica, «las líneas de trabajo de la FCM están bien definidas y cada vez son más ambiciosas. Y lo son porque a medida que las mujeres con discapacidad vamos conquistando derechos, abriendo puertas y ocupando espacios, también los vamos ensanchando para aquellas que tienen mayor riesgo de exclusión».
«Como mujeres y personas con discapacidad, desde un primer momento, hemos sido muy conscientes de que los avances en derechos de las niñas y mujeres no pueden considerarse tales si de estos solo benefician a una parte de la población. De ahí que la FCM tenga muy presente en sus políticas la diversidad de las niñas y mujeres con discapacidad y la interseccionalidad», añade.
«La exclusión está ahí y nos afecta a todas»
Concha Díaz resalta la labor de la FCM a nivel nacional e internacional y explica que la entidad tiene una agenda en favor de los derechos humanos de niñas y mujeres con discapacidad, en la que hay «muchos asuntos que abordar», como los derechos sexuales y reproductivos, las esterilizaciones forzosas o abortos coercitivos, la incapacitación legal que impide a las mujeres con discapacidad el acceso a la justicia, la falta de accesibilidad de sus entornos que les impide escapar, el desempleo o la falta de recursos comunitarios.
«La exclusión está ahí y nos afecta a todas, pero hay para quienes el riesgo es aún mayor: aquellas incapacitadas legalmente, aquellas con discapacidades que puedan requerir un mayor apoyo del entorno, las que están en condiciones de pobreza, mujeres y niñas desplazadas, solicitantes de asilo o refugiadas, quienes son prostituidas o víctimas de trata. Cuando la discapacidad se entrecruza con otras situaciones sociales precarias, la discriminación, la exclusión aumenta», alerta.
Para avanzar en este sentido, la nueva presidenta de la FCM resalta la importancia de trabajar de manera coordinada con todo el tejido asociativo de mujeres con discapacidad, de personas con discapacidad en general y con movimientos sociales como el feminismo.
Por último, Concha Díaz enumera algunas de las cuestiones que seguirán en la agenda de la organización, como es luchar para que se erradiquen las esterilizaciones forzosas o se realice una macroencuesta para conocer en mayor profundidad cómo afecta la violencia machista a las mujeres con discapacidad.
«Estaremos muy pendientes de que se protejan los derechos de mujeres y niñas con discapacidad en los términos planteados por el Comité de Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU en sus últimas observaciones a España.Las recomendaciones que se han realizado deben ser vinculantes para nuestro país», apostilla Concha Díaz.