La higiene de las manos y la higiene respiratoria disminuye también la transmisión de patógenos causantes de encefalitis

Fecha

22/02/2021

Medio

FAMMA-Cocemfe

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Este lunes, 22 de febrero, se celebra el Día Mundial de la Encefalitis, una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de las estructuras que conforman el encéfalo (cerebro, cerebelo y tronco encefálico) y que puede afectar a tejidos circundantes como las meninges (meningoencefalitis). Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se diagnostican en España unos 1.200 nuevos casos de encefalitis, con un índice de mortalidad del 5-20% de los casos y dejando secuelas en más del 20% de los supervivientes.

Por lo tanto, la encefalitis constituye un importante reto sanitario debido a su alta morbi-mortalidad, una mortalidad que es mayor aún en los países de bajos ingresos. Aproximadamente, en Europa, se producen entre 0,5 y 7 casos por cada 100.000 habitantes al año de encefalitis, sin embargo, se considera una entidad infradiagnosticada e infradeclarada.

“Las manifestaciones clínicas más comunes de la encefalitis son fiebre, dolor de cabeza intenso, desorientación, somnolencia, trastornos en el lenguaje, cambios conductuales y crisis convulsivas. Unas manifestaciones que no son específicas y en ocasiones se presentan con síntomas atípicos. Por otra parte, un alto número de casos tienen un carácter benigno y autolimitado en el tiempo, por lo que por lo general solo se llegan a diagnosticar los casos más graves. No obstante, por su potencial capacidad transmisible, de provocar desenlaces fatales y de las importantes secuelas que puede originar, supone un grave problema de salud”, explica la Dra. Marta Guillán, Secretaria del Grupo de Estudio de Neurología Crítica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología.

La falta de diagnóstico etiológico está también asociada a otros factores: existe un amplio número de posibles agentes productores de esta enfermedad y el proceso inflamatorio del sistema nervioso central (SNC) puede ser no infeccioso. Además, solo en menos del 50% de los casos se llega a identificar el agente causal, siendo el más común virus como los herpes, enterovirus y arbovirus.

Hasta la fecha, el virus del herpes simple (tanto del tipo 1 como del 2), el Epstein-Barr, el VIH y los virus del sarampión, paperas, polio o rubeola (en personas no vacunadas) son la causa de encefalitis más común en España, y también los virus causantes de casos con mayor probabilidad de muerte en el mundo. Se han identificado más de 100 virus que son capaces de infectar el sistema nervioso.

“Pero además de los virus comunes que circulan por el mundo cada año, como la gripe, en ocasiones surgen nuevos agentes virales que causan epidemias o pandemias como la que vivimos actualmente. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los virus presentes en reservorios animales, cruzan la barrera de las especies como una estrategia oportunista para adaptarse a nuevos anfitriones. Virus respiratorios similares al nuevo coronavirus ya se habían identificado como posibles agentes infecciosos del sistema nervioso. Y aunque los casos de encefalitis relacionados con la infección por SARS-CoV-2 continúan siendo poco frecuentes, ya se han dado casos”, explica la Dra. Marta Guillán.

A principios de este mes de febrero se han publicado en la Revista Neurología los datos relativos a las encefalopatías y encefalitis del Registro COVID-19 impulsado por la SEN. La SEN creó este registro nacional de complicaciones neurológicas en pacientes con infección por SARS-CoV-2 para aportar información valiosa al neurólogo clínico y el trabajo publicado es un estudio observacional multicéntrico de pacientes con sintomatología compatible con encefalopatía o encefalitis en el que participaron centros de 10 comunidades autónomas desde marzo hasta junio de 2020. Se registraron un total de 232 pacientes con síntomas neurológicos, de los cuales 51 casos (21,9%) describían encefalopatía o encefalitis, de los que solo un 2% fueron clasificados de encefalitis. Por lo tanto, la encefalitis, aunque posible, no es la complicación neurológica más asociada con la COVID-19.

“Aunque aún es pronto para estimar si la COVID-19 ha podido incrementar el número de encefalitis en nuestro entorno, esta pandemia es una clara muestra de lo importante que es la vacunación, la higiene de manos y la higiene respiratoria en la transmisión de patógenos causantes de enfermedades”, comenta la Dra. Marta Guillán.

En todo caso, aunque la causa más frecuente de encefalitis es la infección del SNC por virus, también puede producirse por bacterias u hongos. Existen además encefalitis causadas por agentes tóxicos y cada vez un número mayor de anticuerpos identificados que pueden causar encefalitis, las llamadas encefalitis inmunomediadas. Este último tipo de encefalitis tienen un tratamiento específico y en muchos casos eficaz.

“Cualquier inflamación aguda del sistema nervioso central, como es la encefalitis, debe considerarse como una urgencia médica, ya que el retraso en su diagnóstico puede conllevar una alta tasa de complicaciones neurológicas. Por el contrario, un alto porcentaje de los casos detectados precozmente evolucionan de forma favorable con el tratamiento adecuado. Gracias a los nuevos métodos de diagnóstico molecular conseguimos cada vez un diagnóstico más temprano. Por todo ello, consideramos importantísimo promover el conocimiento de esta enfermedad entre la población”, remarca la Marta Guillán.

Desde la SEN se recuerda que los grupos de población con un mayor riesgo de presentar encefalitis son los niños menores de un año, las personas mayores, así como aquellas personas que padecen alguna patología que afecte al sistema inmunitario o estén en tratamiento con fármacos inmunosupresores.

La causa más frecuente de encefalitis continúa siendo la infecciosa. Por lo tanto, evitar ingerir agua y alimentos en mal estado, protegerse ante picaduras de insectos o mordeduras de animales, vacunarse de forma correcta cuándo vamos a realizar viajes, vacunar a nuestros animales domésticos, y especialmente vacunar a nuestros niños, son y seguirán siendo los métodos más efectivos para prevenir las consecuencias devastadoras de una encefalitis.

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