La Diputación de Valladolid «no dejará solas» a sus localidades ante la pandemia del coronavirus. «Desde el minuto uno», dice el presidente de la institución provincial, Conrado Íscar, los trabajadores de la entidad se pusieron «manos a la obra» para garantizar el abastecimiento en los pueblos. Prueba de ello, explica, son los tres «canales» de actuación que «ya están abiertos» con el objetivo de prestar un servicio óptimo en el medio rural. «Estamos en alerta desde el minuto uno porque la información cambia cada segundo. Hemos preparado, con los medios que tenemos, un plan para poder atender, si se da el caso, posibles positivos en los municipios», asegura.
Una de las principales medidas que aplicará es la ampliación del Servicio de Comida a Domicilio, siempre que sea necesario en función de la demanda. En la actualidad, este programa cuenta con cerca de 300 usuarios en la provincia, si bien con estas decisiones excepcionales se podría dar asistencia hasta un máximo de 750 personas. Serán los propios ayuntamientos, «los que mejor conocen el pueblo, las necesidades y quienes pueden dar una respuesta más rápida», como se refiere Íscar, los encargados de canalizar las peticiones sin la necesidad de «esperar ningún tipo de informe». «Normalmente se solicita y se presta, pero ahora estamos en una situación de emergencia y la respuesta tiene que ser muy rápida, por lo que daríamos cobertura a esa petición sin tener que esperar a ningún informe», señala.