Se ha celebrado recientemente el Día Internacional del Daño Cerebral Sobrevenido, una enfermedad que en los últimos 20 años se ha incrementado un 25%, especialmente entre las personas de 20 a 64 años. Sin embargo, los profesionales afirman que la incidencia del ictus aumenta considerablemente a partir de los 60-65 años.
El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), Enrique Botia Paniagua, insiste en que la frecuencia para que una persona se vea afectada porEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Tiene... en su lugar. el Daño Cerebral Sobrevenido (más conocido como ictus) aumenta con la edad y por mantener hábitos pocos saludables.
Sin embargo, el doctor Enrique Botia asegura que esta patología también puede afectar a personas jóvenes, especialmente a todos aquellos que tienen problemas cardíacos o que consumen drogas. También —afirma el neurólogo— son suceptibles de padecer un ictus todas las personas con problemas de hipertensión, diabetes, colesterol alto y sobrepeso, fumadores, así como los que llevan una vida sedentaria y consumidores de alcohol, factores que aumentan el riesgo de sufrir un daño cerebral sobrevenido.
El neurólogo explica que actualmente se estima que se producen 5.200 nuevos casos de ictus en Castilla-La Mancha y unos 120.000 en España, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Además, hay 14.300 personas que presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber padecido esta enfermedad, siendo más de 330.000 personas en España.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología, el ictus es la segunda causa de muerte en España, la primera en el caso de las mujeres, y también la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto.
Unidades especiales
El doctor Botia señala que en los últimos años se han registrado en torno a 1.200 fallecimientos por enfermedad cerebrobrovascular, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, las previsiones apuntan a que una de cada seis personas padecerá un ictus a lo largo de su vida.
Para ayudar a estos pacientes, los servicios médicos de Castilla-La Mancha han mejorado la atención a través del código ictus, de las unidades del ictus y de un equipo multidisciplinar, coordinados por un neurólogo, que consiguen, en su fase inicial, evitar en muchos casos el infarto cerebral o reducir las complicaciones. «Cada vez nos encontramos con un mayor número de personas que han conseguido sobrevivir a un ictus, muchos de ellos con dependencia, porque esta enfermedad es la primera causa de discapacidad en edad adulta y la segunda causa de demencia», señala.
Cuando una persona sufre un ictus, ¿qué procedimiento se debe seguir? A este respecto, el responsable del Servicio de Neurología del Mancha Centro explica que los hospitales cuentan con un protocolo específico para estos casos. Tras el ingreso hospitalario, se pone en marcha el «código ictus» y los «equipos ictus», que consiguen reducir las complicaciones médicas, la mortalidad y el grado de discapacidad, en algunos casos.
Tras el alta hospitalaria, el paciente recibe una serie de cuidados por parte de un equipo coordinado por el médico rehabilitador y que integran un fisioterapeuta, logopeda, terapeuta ocupacional y neuropsicólogo, que son los encargados de ayudarle a su adaptación, facilitando en lo posible la reincorporación a su actividad social y laboral, para reducir su dependencia.
Lo más importante afirman los especialistas es que, el 90% de los casos de ictus se podrían evitar con una adecuada prevención que pasa por la corrección y tratamiento de los factores de riesgo modificables: hipertensión arterial, diabetes, hipercolesterolemia, tabaquismo, obesidad, vida sedentaria, consumo de alcohol, terapias hormonales y enfermedades cardiacas previas.
Por otro lado, el papel de las instituciones que trabajan en la atención de estas personas también es importante. Ese es el caso de la Asociación Iguala3, que ofrece atención a estos pacientes en su propio domicilio, según explica el director gerente Daniel Sánchez Martín, porque la prioridad es conseguir la recuperación del paciente y que puedan llevar una mejor calidad de vida.
Daniel Sánchez afirma que tras el daño cerebral sobrevenido las personas cambian, condicionadas por las secuelas que le quedan. «Nuestra labor es intentar dar una respuesta integral a través de un equipo multidisciplinar de profesionales que tenemos en la asociación», dice para insistir en que ni las familias ni los pacientes están preparados para vivir una situación así.
Así que el trabajo se dirige a los afectados, pero también ofrecemos apoyo a sus familias. «Tras la salida del hospital, la vida familiar cambia. Muchos nos dicen: a mi hijo, esposo, hermano nos lo han cambiado. Y no es así. Todos deben aprender a convivir con esta enfermedad». E insiste en que la familia también contribuye a la recuperación de estas personas.
Aunque no tienen un centro de rehabilitación, Iguala3 trabaja en 75 municipios de Castilla-La Mancha con un equipo de 17 personas.