La Confederación Española de Familias de Personas Sordas (Fiapas) reclamó este lunes la puesta en marcha de políticas públicas para promover la autonomía, la independencia y los derechos de las personas mayores con discapacidad auditiva, tal y como ha manifestado en su participación en la consulta pública de la UE relativa al ‘Libro Verde sobre el Envejecimiento’.
Fiapas consideró necesario que la UE promueva la implantación de protocolos y programas de detección y diagnóstico precoz de pérdidas de audición en adultos a partir de los 50 años, y campañas y programas de vigilancia de la audición en mayores de 60 años.
También abogó por incluir las prótesis auditivas en los Sistemas Nacionales de Salud sin discriminación por razón de edad (la prestación sanitaria por audífonos sólo cubre a los menores de 26 años) y que haya recursos de apoyo a la audición y a la comunicación oral (bucles magnéticos y subtitulado, entre otros) en todos los entornos de participación social, tanto sanitario (con especial consideración a nuevas fórmulas como la telemedicina y la teleasistencia) como en medios audiovisuales, cines y teatros, salas de conciertos, actos y eventos públicos, medios de transporte, telefonía, nuevas tecnologías, etc. Igualmente, defendió que se garantice la accesibilidad auditiva en las residencias y centros de día para personas mayores.
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, la presbiacusia afecta aproximadamente a un 30% de la población entre 65 y 70 años, y llega al 80% de la población por encima de los 75 años. Debido a la contaminación acústica y el estilo de vida, hay un incremento de estos problemas de audición propios de la edad en otras más precoces, en torno a los 50 años, según Fiapas.
Esta Confederación señaló que la pérdida de audición no tratada provoca en las personas mayores aislamiento social, soledad, deterioro cognitivo por falta de información y motivación para la interacción y la comunicación con el entorno, y ello puede llegar a poner en peligro la salud, es decir, hay una mayor probabilidad de desarrollar demencias y de sufrir desorientación espacial, pérdida de equilibrio y caídas, lo que acentúa la pérdida de autonomía y provocando mayor necesidad de cuidados de larga duración.
Por todo ello, Fiapas abogó por poner en marcha políticas que propicien un envejecimiento activo y saludable desde una edad temprana y a lo largo de la vida para las personas con discapacidad auditiva. Entre otras propuestas, sugirió la realización de campañas destinadas a la promoción de hábitos auditivos saludables, responsables y seguros en todas las edades, incluidos niños y jóvenes.