Un nuevo suceso discriminatorio sobre las personas con discapacidad. En este caso lo ha sufrido Jorge Conesa, ciudadano de Cartagena que tiene diabetes tipo 1. Tras tres horas de tren para llegar a Madrid y cuatro horas en la capital, y tras subir al avión, después de superar varios controles en el Aeropuerto de Madrid, le denegaron el acceso a su perro de asistencia de alerta médica.
Debido a su enfermedad, Jorge no puede acudir a ningún sitio sin Sheldon, un perro de la raza Jack Rusell. El canino es capaz de detectar cuando su dueño está a punto de sufrir una hipoglucemia o hiperglucemia hasta quince minutos antes de que lo haga su medidor continuo, tal y como recoge La Opinión de Murcia.
El digital recoge que este señor, precisamente, se desplazaba a Santa Cruz de la Palma, en las Islas Canarias, para hablar sobre los perros de asistencia médica. Estos animales son una figura aún desconocida para muchos profesionales. En el caso de Jorge, son ya casi cuatro años junto a Sheldon. Sin embargo, la ponencia no se pudo realizar debido a que se tuvo que cancelar el vuelo.
Le dijeron de «muy malas maneras que el perro no podía viajar»
El viaje de Jorge comenzó en Cartagena, desde donde partió para llegar a Madrid. Una vez en la capital, su perro de asistencia y él pasaron todos los controles pertinentes, siempre con la documentación del perro en la mano. Además, el canino lleva un chaleco violeta donde pone «Perro de Asistencia Médica».
Sin embargo, una vez subido en el avión fue cuando comenzaron los problemas. «Los azafatos y el comandante me dijeron de muy malas maneras que el perro de asistencia no podía viajar conmigo», aseguraba Jorge Conesa a La Opinión de Murcia.
Ante tal situación, el perjudicado explicó al piloto del avión que el animal cuenta con todos los permisos para viajar en cabina junto a su amo «con todas las garantías legales. Pero el comandante no cambió de opinión y negó el acceso a la mascota asistencial a pesar de tener su asiento reservado.Finalmente, Jorge decidió abandonar el avión «apenado y frustrado» para evitar problemas. Además, explica en el digital de Murcia que su perro sufre «prácticamente a diario» continuos ataques, todo ello debido al desconocimiento que existe.
Una vez en Cartagena, Jorge denunció lo sucedido en el Aeropuerto de Madrid ante la Guardia Civil.