El ictus es la primera causa de dependencia de adultos en España, donde cada año entre 120.000 y 130.000 personas sufren un ictus. De estos casos, el 75% afectan a personas mayores de 65 años, según un estudio realizado por la empresa farmacéutica Boehringer Ingelheim.
Por este motivo, y coincidiendo con el Día de los Abuelos (26 de julio), desde Boehringer Ingelheim quieren concienciar tanto a las personas mayores como a su entorno de la importancia de llevar un estilo de vida cardiosaludable para prevenir el ictus. Para ello, Boehringer Ingelheim realiza campañas de información y formación, como la reciente campaña en la que se ha resaltado la importancia de gestionar el estrés para reducir el riesgo de ictus en las mujeres.
Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la población mundial está envejeciendo a pasos acelerados., indica la farmacéutica. Se espera que en menos de 50 años la población mayor de 60 años se duplique en todo el planeta. Asimismo, en el año 2025 más de 1,2 millones de españoles habrán sobrevivido a un ictus.
PREVENCIÓN
Teniendo en cuenta que la cardiopatía isquémica y los ictus son las principales causas de fallecimiento, así como de discapacidad moderada y grave entre los mayores de 60 años, la prevención se ha convertido en un aspecto fundamental en la sociedad.
La prevalencia e incidencia de la insuficiencia cardiaca se duplica cada década a partir de los 40-45 años, siendo ya la causa más frecuente de hospitalización entre mayores de 65 años. Además, las enfermedades cardiovasculares suelen ir asociadas a otras comorbilidades. Por esta razón, es importante promover un estilo de vida y comportamiento saludables en todas las edades, ayudando así a prevenir o retrasar la aparición de enfermedades crónicas en la vejez.
Según Boehringer Ingelheim, las personas de edad avanzada tienen tendencia a modificar sus hábitos alimentarios, reduciendo el número y la cantidad de comidas y bebidas, lo que puede llevarles a un estado de malnutrición o incluso desnutrición. Se debe primar el consumo de verduras y hortalizas, acompañadas de cereales integrales y proteínas magras como el pollo y el pavo, además de pescados.