Las personas no vacunadas que contraen el covid-19 de gravedad tienen una mayor incidencia de enfermedades mentales hasta un año después del contagio.
Esa es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de las universidades de Bristol, College de Londres, Oxford, Cambridge y Swansea (Reino Unido), y publicado este miércoles en la revista ‘JAMA Psychiatry’.
El trabajo se basa en los registros médicos de 18.648.606 adultos de entre 18 y 110 años registrados con un médico de cabecera en Inglaterra. Los autores analizaron los vínculos de la covid-19 con las enfermedades mentales según el tiempo transcurrido entre el diagnóstico y el estado de vacunación.
La conclusión principal es que la vacuna mitiga los efectos adversos de la covid-19 en las enfermedades mentales.
La covid-19, que originó una pandemia en 2020 y obligó a confinar a millones de personas en sus casas en todo el mundo, se asocia con enfermedades mentales en estudios tanto en hospitales como en la población.
Sin embargo, hasta ahora había evidencia limitada sobre la asociación de la covid-19 con enfermedades mentales cuando las personas habían recibido la vacuna contra esa patología pandémica.
COHORTES
Entre los 18.648.606 adultos de la cohorte estudiada durante el periodo anterior a que la vacunación estuviera disponible, la edad media se situaba en 49 años; el 50,2% eran mujeres y un 5,2% tenían un diagnóstico confirmado de covid-19 a través de un médico de cabecera, en el hospital o en su registro de defunción.
Los autores también estudiaron una cohorte vacunada de 14.035.286 adultos, de los cuales 866.469 tenían un diagnóstico confirmado de covid-19, con una edad promedio de 53 años y un 52,1% de mujeres.
El grupo no vacunado lo formaban 3.242.215 adultos, de los cuales 149.745 tenían un diagnóstico confirmado de covid-19, la edad media se situaba en 35 años y un 42,1% eran mujeres.
Con estos datos, los investigadores compararon la incidencia de enfermedades mentales en las personas antes y después de un diagnóstico de covid-19 en cada cohorte.
Las enfermedades mentales incluidas en el estudio comprendían depresión, ansiedad generalizada, trastorno de estrés postraumático, trastornos alimentarios, adicción, autolesión y suicidio.
El equipo descubrió que la incidencia de la mayoría de estas afecciones era mayor entre una y cuatro semanas después del diagnóstico de covid-19, en comparación con la incidencia antes o sin esa enfermedad.
El aumento en la incidencia de enfermedades mentales se produjo principalmente tras una covid-19 grave que condujo a la hospitalización y se mantuvo más alto hasta un año después de un covid-19 grave en personas no vacunadas.
La incidencia de depresión después de una covid-19 sin hospitalización fue hasta 1,22 veces mayor que la de antes o sin covid-19, mientras que la de depresión tras una covid-19 con hospitalización resultó ser hasta 16,3 veces mayor que la de antes o sin covid-19.
En la cohorte vacunada, la incidencia de depresión después de una covid-19 sin hospitalización fue similar a la de antes o sin covid-19.
SALUD PÚBLICA
Los hallazgos se suman a un creciente conjunto de evidencia que destaca el mayor riesgo de enfermedades mentales tras el diagnóstico de covid-19 y los beneficios de la vacunación para mitigar este riesgo, con asociaciones más fuertes encontradas en relación con un coronavirus más grave y asociaciones a más largo plazo relacionadas principalmente con enfermedades mentales de nueva aparición.
“Nuestros hallazgos tienen implicaciones importantes para la salud pública y la prestación de servicios de salud mental, ya que las enfermedades mentales graves se asocian con necesidades de atención médica más intensivas y efectos adversos para la salud y otros efectos adversos a más largo plazo”, según Venexia Walker, investigadora principal en epidemiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Bristol.
Walker añade: “Nuestros resultados resaltan la importancia de la vacunación contra la covid-19 en la población general y, en particular, entre las personas con enfermedades mentales, que pueden tener un mayor riesgo tanto de infección por SARS-CoV-2 como de resultados adversos tras la covid-19”.
Jonathan Sterne, profesor de Estadística Médica y Epidemiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Bristol, subraya: “Ya hemos identificado asociaciones de la covid-19 con enfermedades cardiovasculares, diabetes y ahora enfermedades mentales”.