Es septiembre y es hora de que los estudiantes vuelvan a la escuela, pero esta realidad no se aplica a todos. Con la pandemia provocada por el coronavirus resaltando la segregación continuada de las personas con discapacidades en los entornos educativos, el consorcio del proyecto IE+ ha lanzado sus recomendaciones de políticas para una educación más inclusiva
Es septiembre y es hora de que muchos estudiantes vuelvan a las aulas. Este nuevo año escolar es muy diferente a los anteriores y esta vuelta a las clases marca el fin de un periodo de medio año sin clases para millones de estudiantes que se han visto forzados a aprender desde casa, pues sus escuelas cerraron en respuesta a la pandemia. Mientras que para la mayoría de los estudiantes este largo periodo fuera del aula no tiene precedentes, para otros tantos, muchos de los cuales tienen una discapacidad, la ausencia del entorno del aula es una realidad cotidiana. Para estos alumnos, este septiembre no marcará la vuelta al colegio junto con sus compañeros, sino que seguirá marcando su exclusión de las oportunidades educativas inclusivas.
La pandemia provocada por la COVID-19 ha puesto de relieve y ha exacerbado aún más la segregación continua de las personas con discapacidad en los entornos educativos de toda Europa. Muchos estudiantes experimentan esta segregación a pesar del derecho de las personas con discapacidad a una educación inclusiva, accesible y de alta calidad en todos los niveles educativos en numerosos tratados internacionales, incluida la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD).
A pesar de los desafíos mencionados, los socios del proyecto “Promoción de actitudes positivas y políticas basadas en la evidencia para la educación inclusiva” (IE+) creen que el objetivo de la educación inclusiva es real y alcanzable. Como parte de su trabajo, para apoyar el desarrollo de políticas exitosas basadas en la evidencia para la educación inclusiva, el consorcio ha publicado una serie de recomendaciones de políticas para las partes interesadas clave para ayudarlos a trabajar juntos hacia sistemas educativos inclusivos.
Las recomendaciones se basan en los hallazgos de un estudio del proyecto IE+ sobre el estado de la educación inclusiva en Bélgica, Bulgaria, España, Portugal y Grecia. En esta investigación se encontraron varias barreras comunes que son abordadas en estas recomendaciones. Estas barreras aparecen en todos los niveles del sistema educativo y a menudo son más fuertes a medida que el estudiante pasa de una etapa educativa a la siguiente. Como resultado, existe la necesidad de implementar acciones específicas en cada nivel del sistema educativo y, al mismo, tiempo brindar una especial atención a los periodos de transición educativa.
Estas recomendaciones enfatizan que, para tener éxito en la tarea de incluir al alumnado con discapacidad, se necesita el compromiso de todas las partes interesadas. Maestros, directores, miembros de la administración escolar, estudiantes (con y sin discapacidades), padres/tutores, cuidadores familiares e informales, psicólogos, técnicos de servicios sociales, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas y las comunidades locales deben trabajar juntos para crear entornos de aprendizaje más inclusivos con los estudiantes con discapacidades.
Estas sinergias pueden proporcionar una comprensión más profunda de las necesidades específicas de los niños con discapacidad y planificar actividades personalizadas a medida, incluidas la educación formal, la educación no formal y el empoderamiento familiar.
Para leer las recomendaciones, clica aquí. Para saber más sobre el proyecto IE+, accede al siguiente enlace