La Fundación Cermi Mujeres (FCM) solicitó este lunes que las políticas públicas contra la trata y la explotación de seres humanos incluyan un indicativo de la discapacidad.
Así lo hizo durante la celebración de un Conversatorio organizado FCM y la agencia de noticias Servimedia.
El acto, moderado por el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa, contó con un panel de expertas formado por la directora de asistencia integral de las víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual (Apramp), Rocío Mora; la senadora del Grupo Parlamentario Socialista Araceli Martínez; la asesora del Ministerio de Igualdad Belén Gallo; y la consultora externa de FCM Beatriz Sagrado, quien celebró todos los avances legislativos que vayan en la línea de un modelo abolicionista, pero indicando que “tiene que haber unos cambios sustanciales en muchos de los apartados del proyecto de ley”.
En concreto, la petición de incluir la discapacidad es una de las propuestas basadas justamente en la investigación diagnóstica, en la que se recalca que el tema de las mujeres y las niñas con discapacidad explotadas sexualmente está silenciado.
Por ello, en este conversatorio pidieron que el enfoque de la discapacidad se incluya de forma práctica en todos los procedimientos y protocolos de detección, identificación, protección y atención que integran la discapacidad de una forma muy específica.
La senadora del Grupo Parlamentario Socialista Araceli Martínez hizo un repaso de la situación en el momento actual y puso de relieve que, además de leyes, se necesita apostar de una manera drástica por “la reducción de la demanda”.
Por su parte, la asesora del Ministerio de Igualdad Belén Gallo recordó que ahora están con el anteproyecto de Ley orgánica contra la trata que incluye todas las formas de trata.
Rocío Mora explicó cómo afecta esta explotación a las niñas y mujeres con discapacidad y, durante su intervención introdujo el concepto de “crimen organizado y de mafias” refiriéndose a quienes se dedican a captar mujeres, y coincidió con sus compañeras en que la discapacidad en este punto se ha convertido en una “demanda terrorífica”.