El calendario escolar situó el día de ayer –viernes 21 de junio– como el punto final de la actividad lectiva del curso 2018-2019, dando paso a las anheladas vacaciones estivales. Sin embargo, para los alumnos que han tenido la desgracia de suspender aún les queda enfrentarse a un obstáculo más, como son los exámenes de recuperación de la convocatoria de septiembre.
Es precisamente en este contexto de fin de curso cuando han salido a la luz nuevas cifras relativas a una vertiente que preocupa a los pedagogos, ya que constituye una realidad de especial relevancia en la estructura de la enseñanza no universitaria. Se trata de aquellos alumnos que se desmarcan de los cánones habituales y de los estereotipos generalizados sobre el perfil típico estudiantil, dado que son alumnos que manifiestan una necesidad específica de apoyo educativo. Ylos hay en todos los niveles, desde Infantil a Bachillerato y FPpasando por Primaria y la ESO.
Precisamente, los autores de este estudio ministerial señalan que el alumnado objeto de este estudio es aquel que requiere y, previa valoración por los correspondientes servicios de orientación educativa o el personal competente a tal efecto, recibe una atención educativa diferente a la ordinaria debido a necesidades educativas especiales, a dificultades específicas de aprendizaje, a sus altas capacidades intelectuales, a haberse incorporado tarde al sistema educativo español o a condiciones personales o de historia escolar.
En el caso de la provincia, el informe pone de manifiesto que hay 1.214 alumnos con necesidades educativas especiales, que se encuentran asociadas a discapacidades o trastornos graves, y que están matriculados en centros educativos ordinarios y compartiendo aula con otros alumnos. De estos 1.124 chicos y chicas, 675 aparecen matriculados en centros educativos públicos y los 539 restantes en centros de titularidad privada.
El bloque más numeroso lo conforman alumnos que padecen trastornos graves de conducta y personalidad (636), seguidos de 241 con discapacidad intelectual, 158 con discapacidad motora, 88 con trastornos generalizados del desarrollo, 65 con discapacidad auditiva, 13 con discapacidad visual y otros 13 más con plurideficiencia. En el conjunto deCastilla yLeón, el Ministerio tiene contabilizados un total de 8.185 casos.
En lo que se refiere al alumnado que denotan unas altas capacidades intelectuales, el Ministerio de Educación menciona, respecto ala provincia salmantina, un total de 58 casos, de los que 29 pertenecen a la ESO y 27 a la Educación Primaria.
El tercer bloque del estudio ministerial se refiere a los escolares con una integración tardía en el sistema educativo español. Aquí aparecen reseñados un total de 107, de los que 29 estudian Primaria y 78 están cursando estudios de la ES.
El cuarto bloque que se describe en la exploración ministerial se refiere a otras categorías del alumnado que precisan de una necesidad específica de apoyo educativo. Los datos indican que hay 2.099 en el conjunto de la provincia, de los 1.577 estudian en centros públicos y 522 en centros privados. Educación Primaria aglutina el mayor número, con 1.250 escolares.
Trastornos
El Ministerio de Educación aclara que bajo la denominación de ‘otras categorías’ se incluyen distintas problemáticas, como son trastornos relativos al lenguaje y el aprendizaje y problemáticas generadas por situaciones de desventaja socioeducativa. El alumnado recogido en este grupo asciende –son datos a escala nacional– a 344.272, correspondiendo el 47,8% a trastornos de aprendizaje, el 21,3% a trastornos del desarrollo del lenguaje y la comunicación, el 22,5% a problemáticas derivadas de situaciones de desventaja socioeducativa y el 2,9% a desconocimiento grave de la lengua de enseñanza, quedando sin asociar a una categoría concreta un colectivo de un 0,8%. El retraso madurativo, al estar limitado a la Educación Infantil, sólo representa el 4,7% del alumnado total con necesidades específicas, pero el 38,9% dentro del citado nivel educativo.