Cada vez más personas con discapacidad usan o se proponen usar asistentes virtuales y altavoces inteligentes para mejorar la autonomía en su vida diaria, a pesar de que son herramientas no plenamente accesibles para todas ellas, según evidencia un estudio realizado por Fundación ONCE dentro del Observatorio de Accesibilidad TIC de Discapnet.
En su planteamiento, Fundación ONCE parte de la base de que la posibilidad que ofrecen los altavoces inteligentes en cuanto al control domótico de los hogares “se convierte en el servicio que más aporta actualmente y que aportará a la autonomía de las personas con discapacidad y al concepto de vida independiente”. De esta forma, una persona ciega puede preguntar a su altavoz inteligente si las luces de su casa están encendidas o apagadas y una con movilidad reducida pedirle que suba o baje las persianas, por ejemplo.
Titulado ‘Accesibilidad de los asistentes virtuales’, el trabajo se llevó a cabo en 2019 con el objetivo de realizar un análisis de la accesibilidad en una selección de asistentes virtuales y de altavoces inteligentes a través de los que se pueden utilizar estos softwares.
Dicho análisis quiso conocer cuáles son los criterios de accesibilidad que incluyen estas herramientas, en qué forma pueden facilitar la accesibilidad al entorno, cómo ayudan a mejorar la vida independiente y cuáles son sus barreras de accesibilidad.
Para ello, los promotores combinaron el análisis técnico de la accesibilidad con la evaluación de la experiencia de usuario. Así, comprobaron el grado de cumplimiento de un conjunto de criterios y parámetros definidos en el marco del estándar europeo EN 301 549 v2.1.2., lanzado en 2018 con el nuevo estándar WCAG 2.1 (Web Content Accessibility Guidelines), y estudiaron el uso de altavoces y asistentes virtuales en diferentes perfiles de personas con discapacidad definidos en dicho estándar europeo.
En cuanto a los asistentes virtuales y altavoces inteligentes evaluados, se optó por los que aparecen con una alta presencia comercial a nivel internacional y nacional. Es decir, Google Home, HomePod de Apple, Echo Amazon, Microsoft Home con Aura (de Telefónica) y Bixby (de Samsung).
Se estudiaron casos de uso generales y específicos y se prestó especial atención al resultado de las consultas y operaciones básicas (tiempo meteorológico, uso de la calculadora, poner música, poner una alarma), que se pueden realizar con ellos.
CONCLUSIONES
Como principal conclusión, el estudio señala que, atendiendo a la norma europea actual, ninguno de los altavoces y asistentes virtuales evaluados es plenamente accesible para los perfiles analizados. “Todos presentan barreras de accesibilidad que impiden que puedan ser ejecutados por todas las discapacidades de forma satisfactoria”.
Pese a ello, se vio que el 52,9% de los participantes en el trabajo utilizan con frecuencia los asistentes virtuales y que un 31,9% está interesado en usarlos en el futuro, ya que ven que les resultan útiles en la mejora de su autonomía personal para realizar consultas en Internet, reproducir contenido audiovisual y/o escribir correos electrónicos o notas, entre otras tareas.
El perfil de personas con discapacidad que hace un mayor uso de los asistentes virtuales es el de discapacidad visual, seguido por el de discapacidad física. Para ambos es una ventaja no depender de una pantalla y/o teclado y poder controlar dispositivos de domótica que les faciliten la vida en sus hogares.
Con respecto a las marcas de asistentes virtuales más utilizadas (con independencia del tipo de dispositivo tecnológico) por las personas con discapacidad participantes en el estudio son, por orden de volumen de usuarios: Siri de Apple, Google Assistant y Alexa de Amazon.
Respecto a los altavoces inteligentes analizados en la experiencia de usuario, se vio que el uso que se hace de ellos es incipiente entre los ciudadanos con discapacidad y que son los colectivos de personas ciegas y con movilidad reducida los pioneros en su utilización como una tecnología de apoyo para usar otros dispositivos y controlar el entorno.
RECOMENDACIONES
Finalmente, el trabajo ofrece una serie de recomendaciones a los diseñadores de altavoces y asistentes virtuales tales como pensar también en las personas mayores, que además de falta de visión o audición, presentan, por lo general, necesidades concretas por su edad.
Igualmente, aconsejan que se pueda cambiar o personalizar el comando de activación del altavoz, ya que las personas que no pronuncian adecuadamente un comando prefijado no lo pueden usar o encuentran bastantes barreras para hacerlo. Además, piden que se añada la función de hacer llamadas de emergencia en todos los altavoces y que aporten ayuda sobre accesibilidad cuando se les pregunte.