«Puedes tener hijos, trabajo, hipoteca y párkinson». El avance en el diagnóstico temprano ha conseguido que el párkinson haya dejado de ser una enfermedad de ancianosEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Personas mayores en su lugar., como la medicación ha permitido acabar con el síntoma más simbólico, el temblor de las manos. Sin embargo, falta concienciación entre los más jóvenes, que suelen retrasar su entrada en terapia, un error que agrava su enfermedad.
Esta es una de las principales preocupaciones de Párkinson Burgos. Su gerente, Álvaro Fernández, valora que ahora se diagnostique la enfermedad mucho antes, porque «somos más responsables» y, por tanto, en cuanto tenemos algún síntoma que no nos encaja, acudimos al médicos. Por ese motivo hay diagnósticos de párkinson a partir de los 40 años.
Los estudios lo avalan, y la experiencia práctica también. Los neurólogos del HUBU, un equipo «referente nacional», reconocen que hay una gran diferencia entre pacientes que reciben tratamiento en la asociación y los que pasan la enfermedad «solos». Por ese motivo, en cuanto hay un diagnóstico remiten al afectado y a la familia a Párkinson Burgos.
Señales de alerta
El diagnóstico temprano de la Enfermedad de Párkinson deriva de una mayor responsabilidad de los ciudadanos, de su mayor preocupación por la salud. Así, ahora acudimos con más frecuencia a nuestro médico y, algunos de los síntomas que detectamos, son la alerta de sufrir párkinson.
Por ejemplo, algunos de los recién diagnosticados notan que tienen un cansancio excesivo, una fatiga que no es normal, que les cuesta hacer actividades, y que están muy cansado aunque no hayan hecho una actividad intensa.
También, menor destreza a la hora de hacer movimientos finos, más torpeza. O que tropiezan mucho más a menudo y llegan a arrastrar el pie. Y hay señales que se reflejan en la escritura, con letras muy pequeñas, cuando no ha sido lo habitual, y más irregular.
En Burgos hay alrededor de 1.800 personas diagnosticadas con párkinson, de las cuales, 400 son atendidas por la asociación. A diario pasan por el centro mutiservicios un centenar, que reciben terapias grupales, individuales, formación o asisten a encuentros de afectados y familias.
Fernández explica que en la asociación lo primero que hacen es poner en contacto a la familia con el psicólogo y, a partir de ahí, empezar a trabajar. Para los más jóvenes cuentan con servicios especializados, se les ayuda a que acepten la enfermedad y vayan a las terapias. Se hace con discreción, pues muchos lo piden así, ya que «lo intentan ocultar, lo que les hace llevarlo peor».
De hecho, si bien hay empresas muy concienciadas, uno de los problemas del diagnóstico en edades tempranas es el rechazo laboral. Hay miedo entre los afectados a que, si se sabe, les echen del trabajo. De ahí que también se cuente con apoyo en este sentido. El gerente recuerda que, pese a haber motivos, suele ser difícil conseguir un reconocimiento de la discapacidad asociada.
Medio rural
Y toda esta problemática se agrava en el medio rural, donde los afectados de párkinson tienen menos acceso a los recursos, a las terapias y a los tratamientos. Y eso que la asociación tiene programas específicos de atención, con el apoyo de la Diputación, para todos los diagnosticados (jóvenes y mayores). Sin embargo, es insuficiente, asegura Álvaro Fernández.
Noticia de Patricia Carro.