Los trastornos mentales y neurológicos constituyen uno de los mayores retos en la atención sanitaria del siglo XXI para Europa. Así lo ha expresado el ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso, en la inauguración del XVIII Congreso Nacional de Psiquiatría, en Santiago de Compostela.
En efecto, los datos demuestran que la prevalencia de estos trastornos es alta. Alrededor de un tercio de la población adulta y el 20% de los niños y adolescentes sufre algún tipo de trastorno mental. La Organización Mundial de la Salud calcula que, para el año 2020, de las 10 enfermedades que mayor discapacidad producirán, 5 serán trastornos mentales.
A la vista de estas cifras, en la inauguración del Congreso -a la que también ha asistido el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo- el ministro ha expresado la necesidad de incidir en la prevención, el diagnóstico y mejorar el tratamiento. Estos serán, precisamente, los ejes de la nueva actualización de la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud que, tras ser elaborada con la colaboración de sociedades científicas y asociaciones de familiares y pacientes, además de con las Comunidades Autónomas, será presentada próximamente por el Ministerio de Sanidad. El ministro ha incidido en la necesidad de que la estrategia asegure la misma calidad en los tratamientos, con independencia de dónde viva el paciente.
Alonso ha señalado que la nueva estrategia pondrá especial énfasis en las intervenciones en promoción y prevención, la adecuada atención del paciente y su familia y el abordaje sociosanitario de la salud mental.
Asimismo, ha abogado por prestar especial atención a los menores. El 50% de los trastornos psiquiátricos graves comienza, como promedio, a los 14 años de edad, de ahí la necesidad de actuar en fases tempranas. En este sentido, Alonso ha destacado que la nueva especialidad médica de Psiquiatría del Niño y del Adolescente dará respuesta de manera específica a las necesidades asistenciales, de calidad y seguridad de los niños.
Por otro lado, el ministro también ha defendido la necesidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes. En el caso concreto de los pacientes psiquiátricos, esta mejora pasa por una mayor autonomía y por un refuerzo de los derechos del paciente que permita erradicar el estigma que en ocasiones llevan asociado estos trastornos y lograr su plena integración.