A menudo, cuando hablamos de accesibilidad cognitiva en los entornos como calles, medios de transporte o edificios, solemos mencionar sobre todo los sistemas de comunicación y sobre todo la señalización. Sin embargo, olvidamos algo fundamental: un buen diseño del entorno suele funcionar mejor que un cartel.
(Por si te acabas de conectar, primero te recordamos que la accesibilidad cognitiva es la propiedad de los entornos -también productos, servicios o herramientas- que son fáciles de entender y por tanto usar.)
Ahora, vamos a explicar el título de este artículo con un ejemplo sencillo que podéis ver en la foto que lo ilustra.
En la imagen, podemos ver dos elementos diferentes en la entrada de una biblioteca pública. Pero, ¿qué son? Por el diseño, no tenemos por qué saber qué diferencia hay de uso en casa uno. Ambos parecen papeleras. Sin embargo, el de la derecha es un buzón y cuenta con 3 carteles que así lo indican. Sin embargo, las usuarias y los usuarios lo entienden como papelera y continúan depositando basura en él.
Este es un ejemplo sencillo de por qué un buen diseño a menudo supera a cualquier señalización. Dicho de otra manera: a veces la señalización es necesaria cuando el diseño de los elementos no es adecuado.
En conclusión, cualquier tipo de accesibilidad, también la cognitiva, debe ser tenida en cuenta desde el inicio, desde el propio diseño de las cosas. Si no lo hacemos así, no solo actuamos con incoherencia, sino que el resultado será a menudo más caro y más difícil de solucionar.
Olga Berrios
Responsable de Accesibilidad Cognitiva de Plena inclusión España