Durante años se ganó su confianza para después estafarles, también durante años, todos sus ahorros. La acusada, una mujer sin antecedentes penales, se acercó a una familia que conocía para aprovecharse de su situación.

Este miércoles se enfrenta a un juicio en la Audiencia Provincial de León por estafar 52.870 euros a una madre y una hija con discapacidad mental. El fiscal pide una pena de cinco años de prisión, así como una multa de 12 meses con cuota diaria de diez euros y la indemnización a las víctimas por las cantidades robadas.

Además, la madre, de 79 años de edad, presenta una alteración de la movilidad por la cual necesita de cuidados y el uso de silla de ruedas, por otro lado tiene una noción muy básica del conocimiento del dinero debido a su situación vital y a su funcionamiento psíquico simple. Por su parte, la hija del matrimonio presenta una inteligencia por debajo de la normalidad, con un grado de discapacidad del 75%, con necesidad del cuidado de tercera persona y no tiene conocimiento del valor real del dinero.

Según relata el fiscal, en el 2017 la acusada, que conocía la situación de los integrantes de la familia, comenzó a acudir a su domicilio mostrando su ayuda en todo lo que necesitasen y ganándose su confianza y afecto. Todo ello, lo realizaba con la intención de obtener un beneficio ílícito.

Por ello y para no levantar sospechas, la mujer que este miércoles se sentará en el banquillo se hacía pasar como cuidadora o persona enviada por el Ayuntamiento para el cuidado de personas mayores y así no levantar sospechas entre amigos y vecinos. Pero sin realizar ninguna función en este sentido.

Antes del fallecimiento del padre, en septiembre de 2018, la acusada comenzó a acompañarle a su banco habitual para realizar las extracciones bancarias correspondientes para los gastos ordinarios. Una actuación que repitió también con la hija.

Una vez lograda la plena confianza y a sabiendas de que ambos no podían, por su estado y falta de capacidad, negarse a nada de lo que la acusada les planteaba por la relación de confianza creada, la mujer empezó a pedirles que hicieran reintegros de diversas cantidades a su cuenta, en efectivo o a través de cheques.

Para ello, la acusada acudía con ellos a la entidad bancaria dando la apariencia de que el titular hacía el reintegro personalmente, cuando en realidad era la ella quien previamente les había convencido de la cantidad que tenían que sacar.

De esta manera, la cuenta bancaria de la familia tenía un saldo en marzo de 2017 de 13.375 euros y en fecha diciembre de 2018 el saldo era de 100 euros en negativo. Por otro lado, la cuenta de la hija tenía un saldo de 11.905 euros a principios de 2017 y dos años más tarde sólo contaba con 1.576 euros.

El fiscal relata en el escrito de acusación una a una las cantidades extraídas de cada una de las dos cuentas, así como las fechas en que se llevaron a cabo. Las cantidades totales ascienden en la cuenta bancaria del padre a 34.120 euros y en la cuenta de la hija a 18.750 euros.

Tras las conclusiones provisionales el fiscal considera que los hechos son constitutivos de un delito de estafa continuada y pide para la acusada una pena de cinco años de prisión y una multa de doce meses con cuota diaria de diez euros.

Además en concepto de responsabilidad civil, la acusada deberá indemnizar a la madre y la hija en la cantidad de 52.870 euros, más los intereses legales.