INTRODUCCIÓN
En los noventa resurge el interés por la cirugía funcional como tratamiento de la enfermedad de Parkinson (EP) avanzada debido a: las limitaciones del tratamiento médico, el avance de la neuroimagen y la cirugía estereotáctica, un mayor conocimiento de la fisiopatología de los ganglios basales y el desarrollo de la estimulación cerebral profunda (ECP). Demostrada la eficacia clínica de la ECP del NST (núcleo subtalámico) y del GPi (pálido interno), es necesario comprobar su utilidad.
JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS
Queremos comprobar la utilidad clínica de la ECP y en la EP avanzada desde la perspectiva del paciente y determinar aquellas características prequirúrgicas que predicen una mayor utilidad clínica y postquirúrgicas que nos pueden servir de marcadores de la mejoría. El conocimiento de estos aspectos nos permitirá mejorar la selección de los candidatos y la información en el momento del «consentimiento informado».
PACIENTES Y MÉTODOS
Estudio de seguimiento prospectivo de pacientes con EP avanzada, con complicaciones motoras severas, antes y después de ser intervenidos mediante ECP (del Gpi y del NST), con medidas finalistas de resultado (calidad de vida) y sin grupo control.
14 pacientes fueron intervenidos mediante ECP del NST con un seguimiento medio de 9 meses y 6 mediante ECP del GPi con un seguimiento de 11 meses. Todos fueron sometidos a una evaluación según el protocolo final de la reunión de consenso del Uso Tutelado (AETSA). Se utilizaron test no paramétricos de comparación y correlación.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
El grupo del GPi tenían una menor puntuación para la postura y marcha, más discinesias y menor dosis equivalente de levodopa, divergencias que expresan la práctica clínica de nuestro equipo. Los pacientes de más edad eran los más afectados desde un punto de vista motor y cognitivo.
En el grupo de ECP del NST, constatamos mejorías en la UPDRS-III de un 35% (+- 21 DE), con ocho pacientes que mejoraron más de un 30%, alcanzándose mejorías de hasta un 75%, en el grupo de ECP del GPi la puntuación en la UPDRS-III se modificó en un 21% (+- 13 DE), con tres pacientes que mejoraron más de un 30%. En el grupo del núcleo subtalámico existió un cambio estadísticamente significativo en el PDQ-39 (porcentaje de cambio 21 +- 27; media+-DE). Ambos procedimientos demostraron ser seguros.
La dosis equivalente de levodopa prequirúrgica fue un predictor clave de la utilidad y eficacia clínica de la ECP del NST al correlacionar de forma positiva con los cambios en el PDQ-39 y en IPDRS-III. En el grupo de ECP del Gpi, el correlacción fue inversa. Ambas circunstancias están relacionadas con la respuesta a la levodopa. El cambio escalas que determinan la discapacidad (UPDRS-II y Barthel) o la clínica (Hoehn y Yahr), permiten inferir un cambio importante en la calidad de vida (PDQ-39) y en la situación motora (UPDRS-III).
Dada la amplitud del concepto de calidad de vida, que engloba no solo los aspectos motores de la enfermedad, sino la sintomatología cognitiva, emocional y la discapacidad derivada de ello, pensamos que su mejora es la medida finalista ideal.
Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte)