El SM es una entidad nosológica constituida por la agrupación de diversas alteraciones clínicas, metabólicas, hematológicas, bioquímicas y hemodinámicas que predisponen a la diabetes y a un alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Investigamos sobre los componentes directamente relacionados con el Síndrome Metabólico presentes en los sujetos del estudio: hiperglucemia, insulinresistencia, grado de obesidad, hipertensión arterial, dislipemia (elevación del colesterol total y LDL, hipertrigliceridemia, descenso de HDL), hiperuricemia y microalbuminuria. Determinamos los factores de riesgo cardiovascular emergentes en el síndrome metabólico en los mismos sujetos: hiperlipoproteinemia (a), hiperhomocisteinemia, dislipemia y marcadores de inflamación. Y se definieron directrices diagnósticas del Síndrome Metabólico fáciles y sencillas. Tras nuestra investigación observamos que:
-La prevalencia del SM en nuestra población difiere en función de los criterios diagnósticos utilizados: ATP III (47,%), EGIR (40%), OMS (36%). Existe una concordancia diagnóstica moderada (40%) entre las diferentes organizaciones que definen el SM. Una universalización de los criterios sería imprescindible para el correcto diagnóstico del SM.
-El análisis del percentil 90 de la población sana en nuestro estudio refleja puntos de corte de la IR más bajos a los aplicados actualmente, indicando que descendiendo estas cifras aumentaría la sensibilidad del diagnóstico y por tanto, mejoraría la concordancia diagnóstica entre organizaciones. El SM independientemente de los criterios diagnósticos utilizados se presenta con una mayor prevalencia en hombres en la década de los 40 – 50 años mientras que en mujeres es más prevalente a partir de los 50 años, lo que podría sugerir una influencia de la menopausia.
-El componente más frecuente en nuestra población del SM ATP III fue la hipertensión, que podría indicar un desplazamiento de la tradicional asociación entre el SM y la obesidad central.
-Los tres parámetros bioquímicos, representados por el Síndrome Metabólico Bioquímico, son también decisivos en el diagnóstico del SM porque detectan a una cuarta parte de los pacientes. El Síndrome Metabólico Bioquímico podría ser una herramienta de “diagnóstico sin rostro” del SM en Atención Primaria.
-Los pacientes de nuestro estudio que practicaban ejercicio físico regular y aquellos que consumían cantidades moderadas de alcohol mostraron un mejor perfil lipídico y una tensión arterial más baja.
-La obesidad central se correlaciona con los tres índices de IR tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, cuando analizamos la cintura-hipertrigliceridémica o el ICC esta correlación no se produce.
-Los errores cometidos en los criterios diagnósticos que encontramos frecuentemente en la literatura perjudican la utilidad de estos criterios, convirtiéndolos en herramientas confusas que suponen un sesgo importante en el diagnóstico.
-Confirmamos que la hiperuricemia es un estado de IR y por tanto, que podría ser incluido como componente en el SM.
-Confirmamos también que el estado inflamatorio, protrombótico y la alteración renal son estados de IR y forman parte del SM.
Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación y Ciencia)