Los patrimonios protegidos constituyen una herramienta de protección patrimonial que permite canalizar un ahorro solidario en favor de la persona con discapacidad con importantes beneficios fiscales. En los últimos años han recibido un nuevo impulso por su capacidad para funcionar no sólo como patrimonio de ahorro, que permitan encarar en el futuro las necesidades de las personas con discapcidad, sino como patrimonios de gasto o consumo, que sirvan para atender inmeditamente esas necesidades. Un quinquenio después de su creación resulta necesario reflexioinar sobre este instrumento de revisión que fue diseñado para erigirse en piedra angular de esa protección patrimonial.
Reseña recogida de Autonomia Personal (2019, enero) 24.