La Asociación Americana sobre Retraso Mental, AAMR, indica en su manual de definición, clasificación y sistema de apoyo del retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar., editado en 1992, que para diagnosticar a las personas con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar. no basta con que éstas obtenga un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, sino que este funcionamiento coexista con limitaciones en dos o más de la diez áreas de habilidades adaptativas propuestas en la definición de las personas con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar..
En la actualidad, no disponemos en España de instrumentos estandarizados que nos permitan evaluar estas diez áreas de habilidades que constituyen un requisito indispensable para llevar a cabo el diagnóstico. Este es el objetivo de esta investigación.
La AAMR en su interés manifiesto por facilitar estos instrumentos ha revisado y editado “la Escala de Conducta Adaptativa ABS-S:2, Versión Centros Educativos”, para sujetos entre 3 y 18 años. Las puntuaciones de dicha Escala pueden ser reconvertidas, a través del Método AAA, a puntuaciones referidas a las diez áreas propuestas de habilidades adaptativas. En nuestro trabajo de investigación hemos llevado a cabo la traducción y adaptación de estos dos instrumentos para poder ser usados en nuestra cultura y facilitar de este modo el diagnóstico de las personas con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar.. Una vez terminado el procedimiento de adaptación se cumplimentaron estas pruebas a una muestra de 207 sujetos de la provincia de Burgos, de los que 142 estaban diagnosticados con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar.. Con los datos obtenidos en nuestra muestra se llevaron a cabo dos estudios.
El primero tiene por objeto comprobar si las versiones adaptadas al castellano de estos dos instrumentos de evaluación manifiestan los rasgos más característicos de lo que hoy en día entendemos como constructo de la conducta adaptativa y de áreas adaptativas. Para ello se fueron comprobando las siguientes relaciones:
– La edad de los sujetos con la adquisición y uso de las conductas y de las habilidades adaptativas.
– Los diferentes ritmos de adquisición y uso de la conducta y de las áreas adaptativas en los sujetos con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar..
– La relación de la capacidad intelectual con dichas conductas y áreas de habilidades.
– La coexistencia en las personas con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar. de puntos fuertes y débiles.
– La relación de las conductas desadaptadas con la adquisición y uso de las conductas y áreas de habilidades adaptativas. Una vez comprobado que las hipótesis propuestas eran válidas y que por lo tanto, servían para evaluar ambos constructos: el de conducta adaptativa y de habilidades adaptativas, nos propusimos un segundo estudio al objeto de estimar la validez y fiabilidad de la Escala Adaptada de Conducta Adaptativa ABS-S:2. También realizamos una estimación de los posibles baremos poblacionales y una valoración de la calidad de dicha Escala, usando para ello el cuestionario de evaluación de los tests (CET), que la Comisión de Tests del Colegio Oficial de Psicólogos ha propuesto.
Las conclusiones obtenidas de este segundo estudio, muestran una adecuación fiabilidad en los estudios de consistencia interna y en los de test-retests. La validez, que fue medida a través del análisis de los items, del estudio factorial y de la correlación con otros test que mide conducta adaptativa, también nos aportó bondad en los datos, y se obtuvo una adecuada valoración de la calidad de la Escala de Conducta Adaptativa ABS-S:2.
Tras los datos obtenidos consideramos que ambos instrumentos adaptados sirven para nuestra cultura de habla castellana y están en condiciones para realizarse con ellos los estudios estandarizados en nuestro país, favoreciendo con ello el diagnóstico y la intervención de las personas con retraso mentalEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Discapacidad intelectual en su lugar..
Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte)