En todas las facetas de nuestra vida cotidiana usamos herramientas que nos permiten realizar las tareas que necesitamos de forma más sencilla, cómoda, con menor esfuerzo, y de la manera
más efectiva: en el trabajo, en nuestro tiempo libre, para alimentarnos, para desplazarnos, etc.
Estas herramientas suponen productos de apoyo que nos ayudan a realizar estas tareas cotidianas. Permiten que todos podamos salvar o suplir aquellas limitaciones que la propia naturaleza
nos impone.
Las personas con discapacidad presentan más limitaciones de las que el resto tenemos. Para ellos, los productos de apoyo suponen elementos fundamentales para facilitar su vida cotidiana, su libertad de acción y movimiento y para adaptar los entornos de acuerdo a la accesibilidad universal.