Desde la exploración prenatal y la interrupción selectiva de embarazos «no deseados», a la eutanasia de adultos con discapacidad, una de las mayores amenazas a los derechos de las personas con discapacidad en este milenio radica en el campo de la bioética – la ética de los avances en la medicina y las ciencias biológicas. Si queremos proteger los derechos de las personas con discapacidad, se debe hacer en un contexto donde tengamos la confianza de que la sociedad esta dispuesta a compartir cargas y dar apoyo a aquellos cuyas necesidades son mayores que las de otros y asegurando así la igualdad de oportunidades.
(Resumen extraído del informe)