Si se confirman las expectativas demográficas y socio-económicas, en 25 años la población de 60 años en adelante representará un 33% de la población española; por cada 100 menores de 15 años, habrá más de 248 personas mayores de 65 años; y la tasa de dependencia, entendida como la relación entre la población activa y la inactiva, habrá pasado del actual 24,68% al 42,54%, ejerciendo una presión creciente sobre una población activa cada vez menos numerosa, más envejecida y con más discapacidades sobrevenidas, relacionadas con su natural proceso de senectud. Esta evolución está comenzando a tener y tendrá cada vez más, un impacto decisivo en los sistemas productivos que deberán adaptarse a las nuevas circunstancias en las que las empresas tienen un papel clave. Los cambios en el entorno, han propiciado un cambio en las expectativas sociales hacia el papel que las empresas deben jugar y las responsabilidades que deben asumir. La sociedad demanda a las empresas que éstas asuman de manera creciente una política de responsabilidad social corporativa, orientada a los trabajadores, a sus características particulares y necesidades específicas y a la necesidad de sacar lo mejor de todos y cada uno, en definitiva, de gestionar la diversidad de sus plantillas. Este estudio trata de una gestión eficaz de dicha diversidad.
Resumen recogido de la página web del CEDD