La Inteligencia Artificial tiene el potencial de hacer la vida más fácil y mejor a todas las personas. Pero, ¿también a las personas con discapacidad? La inteligencia artificial aprende mediante algoritmos en base a grandes cantidades de datos, pero si en estos datos no hay ejemplos positivos de las personas con discapacidad, la inteligencia artificial tenderá a subrepresentarla, a ignorarla y por tanto a discriminarla.
Esta publicación del Real Patronato sobre Discapacidad, editada por el Centro Español de Documentación e Investigación sobre Discapacidad (CEDID), es una nueva apuesta de este organismo por la generación de conocimiento, que constituye un primer y serio esfuerzo de análisis de las intersecciones entre discapacidad e Inteligencia Artificial con un enfoque de derechos humanos y para el que ha sido fundamental la experiencia propia de las personas con discapacidad.
Para realizar esta investigación se ha encuestado a 864 personas con discapacidad, garantizando la representatividad en variables relevantes: tipo de discapacidad, género y edad. Entre los resultados de estas encuestas se ha visto que, si bien el 99,8% conocen productos o gadgets de inteligencia artificial, solo el 12,3% las usa.