La pandemia de la COVID19 y la grave crisis medioambiental han puesto de relieve la certeza de una responsabilidad que no admite más dilaciones ni postergaciones. La humanidad ya no puede mirar para otro lado respecto de su deber en relación con la sostenibilidad del planeta, la propia vida humana y la preservación de las demás especies, animales y vegetales, que forman todas ellas parte de un mismo ecosistema.
Por ello, desde el CERMI consideran que es esencial incorporar el diseño y la accesibilidad universal en todas las actuaciones, contribuir a la creación de trabajo digno y empleos verdes, incorporar la inclusión y la accesibilidad a todas las acciones políticas y de toma de conciencia relativas a la emergencia climática a través de alianzas colaborativas y afrontar las causas del desarraigo que devastan el medio rural.
El movimiento asociativo de la discapacidad quiere ser parte activa que contribuya a un futuro basado en la protección de nuestro planeta y en la garantía de una vida digna para todas las personas.