El objetivo de la tesis es el análisis de la incidencia de la estructura urbana, interpretada como la distribución residencial y del empleo, sobre la determinación de los siguientes aspectos: los patrones de segregación geográfica de los diferenciales intraurbanos de desempleo, las pautas de movilidad obligada y las probabilidades individuales de paro. Este ejercicio se ha realizado sobre la base de la evidencia empírica que se infiere del análisis de las dos principales regiones metropolitanas españolas, Barcelona y Madrid, caracterizadas por estructuras urbanas marcadamente diferenciadas.
Los resultados muestran que la distribución geográfica del desempleo urbano es más segregada en áreas monocéntricas. Análogamente, se observa una mayor incidencia de la accesibilidad o del potencial de empleo en la determinación de los diferenciales zonales de paro de las mujeres con respecto a los de los hombres, en tanto que los diferenciales masculinos dependen en mayor medida de los niveles de segregación residencial. A partir de estos resultados se puede concluir que el beneficio marginal de mejoras en la accesibilidad zonal al empleo es más elevado en el sistema urbano de naturaleza no monocéntrica que en el de carácter monocéntrico y lo es en mayor medida cuando se consideran los diferenciales zonales de desempleo de aquellos colectivos que presentan mayores restricciones a la movilidad.
Por otra parte, todos los resultados obtenidos han confirmado que la organización espacial de la Región Metropolitana de Barcelona (RMB), en términos de la localización relativa de empleos y residencias, no es neutral respecto a los resultados de mercado de trabajo y, concretamente, respecto a la determinación de las probabilidades individuales de paro. Concretamente, la localización incide mediante dos vías en el desempleo: La primera, y más obvia, es la accesibilidad relativa al empleo desde el lugar de residencia. Una mayor accesibilidad a la ocupación revierte en menores costes de búsqueda y/o de viaje al trabajo. A su vez, una mayor cantidad de puestos de trabajo en relación con la población del municipio, es decir, una mayor densidad de empleo, supone que el individuo tendrá mayor probabilidad de enfrentarse a vacantes aceptables de empleo a menores distancias, circunstancia que, a tenor de los resultados, deriva en una menor probabilidad de paro.
La segunda vía a través de la cual la localización, y en consecuencia, la estructura urbana, incide sobre el desempleo se produce a través de los efectos negativos que se derivan de la segregación residencial. Los resultados señalan que la concentración espacial de los grupos de población desaventajados en los mercados de trabajo y de vivienda, tiene efectos negativos sobre los resultados individuales de paro en esas zonas. Desde este punto de vista, la significatividad del territorio sobre la probabilidad de desempleo es atribuible no tanto a la influencia directa que ejerce la composición socioeconómica del entorno residencial sobre las probabilidades de paro de los individuos del vecindario, como a la relevancia de la existencia de concentraciones territoriales de desaventajados en los mercados de trabajo y de vivienda y, por consiguiente, a la existencia de patrones geográficos de segregación residencial y de espacios urbanos vulnerables.
Información recogida de la página web de Tesis Doctorales en Red