Se reconoce el derecho al ocio de todas las personas; pero la gran mayoría de las actividades de ocio en las que participan las personas con discapacidad, lo hacen en el marco de los servicios de ocio de las propias asociaciones. Estas a través de la oferta de programas tratan de responder a las necesidades y proponen actividades de culturales, deportivas, turísticas y recreativas que posibilitan una vivencia y acceso al ocio. Nuestro trabajo se centra en un ocio inclusivo. Entendiendo el ocio como una experiencia humana integral y un derecho humano fundamental; un espacio de protagonismo y autonomía, donde se disfruta y vivencia, participando activamente. En la actualidad, se entiende la discapacidad como una situación fruto de la interacción entre la persona y el entorno. Por tanto, las características de los entornos inciden sobre las posibilidades de que la persona acceda y participe. Una sociedad inclusiva es capaz de crear las condiciones adecuadas para responder a las necesidades de toda la ciudadanía en todos los equipamientos, infraestructuras, servicios y programas de diferentes ámbitos de ocio. Uno de los principales retos del siglo XXI es la inclusión entendido como principio basado en que todas las personas pertenecen a la comunidad. Por tanto, es responsabilidad del entorno generar políticas, acciones y prácticas que fomenten la aceptación de la diferencia y que respondan a las necesidades de todas las personas en el mismo marco de intervención. Esta filosofía, convertida en herramienta de trabajo, implica diferentes niveles de intervención: física, comunicativa
y social.
Información recogida del Centro de Documentación y Recuros de Down España