La parálisis cerebral infantil (PCI) es la causa más frecuente de discapacidad en la infancia. El objetivo de este trabajo consistió en medir con métodos aplicables en la práctica diaria el efecto del tratamiento con toxina sobre la espasticidad de miembros inferiores y sobre la función de la marcha en niños con parálisis cerebral. También se pretendía analizar la relación entre los cambios obtenidos en las medidas de resultado después del tratamiento con el objetivo es conocer si existe alguna correlación entre las mismas.
De una serie de 33 niños con PCI espástica seleccionados para tratamiento con el objetivo de mejorar la marcha se asignaron de forma aleatoria unos al grupo de tratamiento (n=16) y otros al grupo control (n=17). Se balancearon los grupos según la GMFCS y los músculos a inyectar. En ambos grupos se hizo una evaluación de los pacientes en situación basal y a las 4 semanas. Después, los niños del grupo control también recibieron tratamiento con TBA siendo reevaluados a las 4 semanas. Después, los niños del grupo control también recibieron tratamiento con TBA siendo reevaluados a las 4 semanas. Las medidas empleadas fueron la escala modificada de Ashworth (EAM), el balance articular pasivo (BAP), la medición del punto de aparición de resistencia al movimiento rápido de la articulación o longitud muscular dinámica (LMD), la escala de la marcha Physician Rating Scale (PRS), la escala de observación de la marcha de Gillette y una escala analógica visual. El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica del Hospital.
La edad de los pacientes que participan en el estudio estaba comprendida entre 22 meses y 9,5 años. El factor etiológico más frecuentemente relacionado con la enfermedad fue la prematuridad. El triceps sural fue el grupo muscular seleccionado para inyección de toxina en la mayor parte de los pacientes. No se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los grupos al comparar las variables epidemiológicas y relacionadas con la enfermedad lo que indica que existía homogeneidad y que ambos eran comparables. Los valores medios del cambio obtenido en cada grupo para la EAM, el BAP, la LMD, las escalas PRS y de Gillette tras los respectivos períodos de seguimiento y la frecuencia de respuestas positivas mostraron diferencias significativas entre los grupos. Se presentaron efectos adversos que consistieron en fiebre, dolor en el sitio de inyección y alteración de control del esfínter vesical. Se encontró una correlación positiva entre los cambios obtenidos después del tratamiento en la longitud muscular dinámicas, o índice de Tardieu modificado, y la escala de observación de la marcha, o PRS (Physsician Rating Scale), en las versiones de Koman y de Boyd. Los cambios en la versión de Boyd de la PRS se correlacionaron con la mejoría máxima obtenida en la escala visual analógica de satisfacción paterna.
Por tanto el tratamiento con toxina botulínica A en miembros inferiores fue efectivos. Los efectos adversos fueron transitorios. Se demostró una correlación positiva entre los cambios obtenidos después del tratamiento en la longitud muscular dinámica, o índice de Tardieu modificado, y la escala de observación de la marcha, o PRS (Physician Rating Scale), en las versiones de Koman y de Boyd. La correlación de los cambios en la versión de Boyd de la PRS con la mejoría máxima obtenida en la escala visual analógica indica que ésta podría utilizarse para predecir la respuesta funcional al tratamiento con toxina botulínica
Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación y Ciencia)