Una persona con discapacidad no es más ni menos que una persona que tiene unas necesidades especiales. Afirmar que un determinado alumno presenta necesidades formativas especiales es una forma de decir que para el logro de los fines de su capacitación, precisa disponer de ayudas pedagógicas y/o servicios específicos. A veces su única necesidad especial será la de poder acceder a la institución sin obstáculos o barreras arquitectónicas y de transporte que le impidan llegar fisicamente cada mañana a ella; otras será un tiempo extra para realizar sus tareas; o un apoyo suplementario para consolidar sus conocimientos; o un medio técnico para ampliar los sonidos o imágenes. Habrá ocasiones en que será necesario una adaptación curricular o adaptación de los materiales formativos; o compaginar, en fin, la formación profesional con algunos servicios específicos de rehabilitación.