Desde la aparición del dsm-iii en 1980 la agorafobia y el trastorno por angustia han sido considerados simplemente como dos formas diferentes de un mismo trastorno, del que las crisis de angustia eran el evento principal, de forma que la evitación fóica fuese una consecuencia directa de la recurrencia de crisis de angustia espontáneas. Por otra parte, los frecuentes cuadros depresivos que aparecen en los pacientes con este trastorno se han considerado una mera complicación del propio trastorno y de las conductas de evitación.Eel objetivo de este trabajo ha sido el valorar las características del trastorno por angustia y del sujeto que lo padecía que pudieran considerarse factores desencadenantes del desarrollo de agorafobia y depresión.
Información recogida de Teseo (Bases de datos de las tesis doctorales leídas en las Universidades Españolas del Ministerio de Educación y Ciencia)