El artículo pretende llamar la atención sobre lo interesante que puede resultar la colaboración entre las entidades que se dedican al desarrollo de tecnología social y las que proporcionan apoyos a personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (DID). Este tipo de trabajo conjunto permite ofrecer una tecnología innovadora y verdaderamente centrada en la persona que satisfaga sus necesidades reales en sus entornos naturales. En nuestro caso, Tecnalia y Uliazpi vienen colaborando desde hace varios años en la identificación de necesidades y en el desarrollo de soluciones tecnológicas que las puedan satisfacer. En este artículo se presenta asimismo un proyecto producto de esta colaboración. Se trata de un sistema de detección emocional que puede apoyar la labor del profesional de apoyo a la hora de reconocer e intervenir sobre las situaciones que promueven el bienestar o el malestar de personas que no lo pueden comunicar con sus propios medios.
Resumen realizado por el autor recogido de la publicación