Tratamiento sintomático: El paciente con esclerosis múltiple (EM) debe ser reevaluado periódicamente para ajustar el tratamiento sintomático según las necesidades del paciente.
Los síntomas a los que los pacientes con EM confieren prioridad en su tratamiento son: los síntomas relacionados con la movilidad (espasticidad, debilidad y ataxia), la fatiga, la disfunción urológica, intestinal y sexual, el dolor y otros síntomas paroxísticos, la disfunción cognitiva, trastornos del sueño y los síntomas visuales. Algunos tratamientos pueden ayudar a mejorar los síntomas de forma individual en los pacientes con EM, y deben ser ensayados en caso necesario.
Programa de rehabilitación: Un programa de rehabilitación que se inicie en las primeras fases evolutivas de la enfermedad puede mejorar el estado general del paciente, prevenir complicaciones y contribuir a la educación del afectado y sus familiares. En la EM son beneficiosas: la rehabilitación cognitiva, la rehabilitación del lenguaje, la rehabilitación motora y la terapia ocupacional.
Dieta: La dieta de los pacientes con EM debe ser rica en ácidos grasos poliinsaturados (baja en grasas animales y productos lácteos). Esta dieta se corresponde con la llamada dieta mediterránea, que no restringe ningún tipo de alimento, pero se basa fundamentalmente en vegetales, cereales y pescados. Puede ser suplementada, o no, con ácidos grasos poliinsaturados y/o vitamina E.
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