Objetivo. Los trastornos generalizados del desarrollo, cuyo prototipo es el trastorno autístico, constituyen un campo de la práctica clínica que requiere, entre otras disciplinas, la aportación de la Neuropediatría. Desarrollo. La creciente frecuencia con que se diagnostican estos trastornos apoya la necesidad de revisar y actualizar los datos disponibles, a fin de generar una práctica de calidad.
Conclusiones. Existen numerosos trabajos e iniciativas que orientan al neuropediatra sobre cómo actuar en áreas tales como la identificación temprana, asociación con síndromes conocidos, consejo genético y médico en general, estudios de imagen del sistema nervioso central, tratamiento de la posible epilepsia asociada y utilización de medicamentos psicotrópicos. Todos estos elementos han de ser incorporados en un programa individualizado global que, hoy por hoy, pasa por ser básicamente educativo y rehabilitador, y que persigue la máxima autonomía y participación comunitaria.
Resumen tomado de la revista