Ribadesella es un lugar de gran belleza paisajística y su orografía hace que sea, como en su día dijo un ilustre dibujante contemporáneo de visita en la villa, un lugar que parece haber sido diseñado por un ingeniero urbanista. Enclavado en un espacio natural inigualable, se asoma al mar Cantábrico, descansa al pie de la montaña, sacia su sed con las aguas del Sella y protege sus sueños al amparo del monte Corberru. Sus habitantes y visitantes se alimentan de la ancestral cultura de los primeros hombres que habitaron las Cuevas de Tito Bustillo; de la herencia de los indianos, que sembraron de formidables mansiones la orilla de la playa Santa Marina; de la huella pictórico-religiosa que los hermanos Uría dejaron en la iglesia parroquial, y de la economía pesquera que durante varios siglos hizo crecer el puerto y, en definitiva, la villa
Resumen recogido de la página web de la revista