Aunque solo fuera por sus orígenes, el que conocemos como “Plan cermi” tendría ya un enorme significado. Seamos sinceros, con demasiada frecuencia, las diferentes organizaciones representantes de minusválidosEn el SID sugerimos utilizar la palabra o expresión Personas con discapacidad en su lugar. nos hemos visto más como competidoras que como colaboradoras, defensoras de intereses diferentes, a veces contrapuestos, y en concurrencia a la hora de obtener unos recursos -públicos o privados- siempre escasos. Posiblemente haya sido ésta una de las inevitables consecuencias derivadas de la “cultura de la subvención”. El documento tiene una clara intencionalidad crítica constructiva, pero también un claro componente autocrítico que compartimos las organizaciones que lo hemos suscrito.