La discapacidad constituye una realidad que también puede afectar a la población inmigrante. Algunos la arrastran desde su país de origen y otros la encuentran en España por un accidente de trabajo o en la figura de un hijo recién nacido. Es un hecho indiscutible que las dificultades que conlleva el hecho de ser inmigrante añadidas a la discapacidad les hacen ser doblemente invisibles y doblemente vulnerables.
Texto tomado del artículo