Las publicaciones recientes de la American Association on Intellectual and Developmental Disabilities y de la American Psychiatrical Association siguen empleando una nomenclatura obsoleta cuando se refieren a las personas que poseen un hándicap cognitivo. Las etiquetas lexicales y las nociones que bajo ellas subyacen llevan una concepción psicométrica desfasada del funcionamiento cognitivo. La interpretación evaluativa da prioridad a las estadísticas de grupo en lugar de procurar caracterizar los individuos en su diversidad con sus relativas fortalezas y debilidades. En este artículo, proponemos y justificamos un enfoque alternativo más en sintonía con la ciencia cognitiva contemporánea.
Resumen realizado por los autores recogido de la publicación.