Cada vez se está empleando con mayor frecuencia y en distintos contextos el término “inclusión”, distinguiéndolo de y contrastándolo con el concepto de “integración”. En contextos de educación superior (ES) se plantea que una universidad es más inclusiva en la medida en que se hace cargo de la diversidad de su alumnado, de manera de asegurar que el sistema favorezca el aprendizaje de todos. Un sistema inclusivo, por otra parte, no considera a la diversidad como un obstáculo o problema, sino como una realidad que complejiza y a la vez enriquece el proceso enseñanza-aprendizaje.
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